USTED NUNCA ESTÁ SOLO. AÚN HAY UNA OPORTUNIDAD
Hay dos personas observándolo (tal vez sean 3). Y una de ellas jamás lo dejará solo y desamparado
«Y no hay cosa creada oculta a Su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de Aquel a quien tenemos que dar cuenta» (Hebreos 4:13).
Este es uno de los tantos pasajes bíblicos que dicen que Dios es omnisciente y omnipresente. Él sabe todo, incluso lo que guardamos en nuestro interior. Él conoce nuestras intenciones e inclinaciones. Por eso, todo el tiempo estamos ante la presencia de al menos dos personas: Dios y nosotros mismos. El diablo no es omnipresente y la Palabra nos dice que él anda a nuestro alrededor como un león, listo para devorar.
Esto cambia nuestra forma de vivir, porque no crecimos aprendiendo a comportarnos de esa manera. Cuando éramos niños, si la madre o el padre no estaban en casa, sabíamos que podíamos hacer travesuras. Pero con ellos presentes cambiábamos nuestro comportamiento. Cuando tuve un encuentro con Dios, adquirí la conciencia de que toda mi vida es transparente para Él. Por lo tanto, vivir de una manera que sea aprobada por Él es la mejor forma de desviarse del mal y no meterse en problemas. Dios está con nosotros todo el tiempo. Y así vigilaremos hasta nuestros pensamientos. Usted debe ser consciente de esto.
Retomando el versículo, todo está clarísimo a los ojos de Aquel a quien debemos rendir cuentas. Tendremos que rendirle cuentas a Él sobre cómo hemos vivido. Esta es una parte de lo que debe saber.
Pero hay otra parte: «Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna», Hebreos 4:16. Es para usted que necesita la misericordia de Dios. El «Trono de la Gracia» representa Su presencia y esto nos da la oportunidad de acercarnos a Él. Y usted puede hacerlo en cualquier lugar. Puede llegar al «Trono de la Gracia» sin intermediarios. Solo necesita al Señor Jesús, que es el único camino hacia el Padre. Esta es una de las principales características que Dios tiene con el ser humano: la misericordia.
Él dice: «… Tendré misericordia del que Yo tenga misericordia, y tendré compasión de que Yo tenga compasión», Romanos 9:15. Él es quien elige, Él es quien decide. Por eso usted ve a personas que cometieron atrocidades y fueron perdonadas. La sociedad no perdona, pero Dios sí. Le dio una oportunidad al rey Manasés, que llegó a quemar a sus propios hijos. Pero no tuvo misericordia del rey Saúl.
¿Cuál es el criterio que Dios usa para ser misericordioso con alguien? Lo que hemos visto es que en esas personas hay verdadera humildad y sinceridad. Si hay una persona que reconoce su pequeñez ante Dios y no es un falso humilde, que pide una oportunidad, pero sabe que seguirá repitiendo los errores, Él elige demostrar Su misericordia hacia esa persona y decide ayudarla.
Si usted desea esa misericordia y dice: «Solo merezco castigo, pena, porque he fallado con Dios y las personas, y no sé si Él me perdonará», el problema no es con usted, sino con el que cree que merece algo. Si Dios le da algo, es puramente por Su Gracia.
Si desea expresarle esta voluntad a Él, ¿por qué no hacerlo ahora?
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