thumb do blog Renato Cardoso
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SISTEMA ANTIDUDA: Cómo activarlo

La duda no tiene que ser la piedra de tropiezo en su vida, usted puede activar la protección contra ella, defenderse y vencerla

Hemos aprendido que la duda debilita, porque divide a la persona en varias partes y su fuerza se fragmenta. La duda es consecuencia del pecado, de conocer el bien y el mal.

Para resolver el problema del pecado, Dios dio a Su Hijo, para que quienes crean en Él vivan en novedad de vida y obediencia, libres del mal. Pero eso no significa que estemos libres de la injusticia que hay en este mundo.

Cuando usted resuelve el problema del pecado, también resuelve el problema de la duda.

Cuando un niño hace algo malo, lo revela de inmediato con su lenguaje corporal. Miente, aunque no sepa hablar bien (prueba de que el pecado está en la sangre del ser humano). Rompe un jarrón y dice que fue su hermano (miente). Pero usted ve las pruebas de la mentira. La mala conciencia del niño lo delata.

Entonces, cuando una persona se libra de la mala conciencia, se libra del miedo. Las dudas, que provienen de la mala conciencia, se resuelven allí. «¿Por qué dudar si no tengo deudas?».

Pero, aun sin estar en pecado, existen otros tipos de dudas: Las que vienen a través de palabras. Usted está bien, pero, de repente, alguien le da una mala noticia. El corazón humano puede llenarse de miedo en ese momento. Es algo natural.

Por eso, la duda debe combatirse. En Israel, mantienen el «domo de hierro», que combate los misiles en el aire antes de que lleguen a tierra. De la misma manera, nosotros debemos tener un «sistema antidudas». El oído debe estar alerta contra personas cercanas, extrañas e incluso contra nuestros propios pensamientos.

Preste atención: ¿Usted sufre acusaciones infundadas en su mente? Sepa que el diablo está vivo. Es él quien está haciendo eso. ¿Qué debe hacer? Reprenda esa duda antes de que llegue a su corazón. El antídoto para la duda es la Palabra. Abrace la Palabra del Señor Jesús.

Esto sucederá hasta el fin de la vida, porque el diablo siempre será diablo y Dios siempre será Dios. ¿Usted qué hará?

Tome esta decisión y mire el mensaje completo en el siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso