SENSIBLE, INSENSIBLE O PRUDENTE, ¿cuál es usted?
Los hombres han pasado por todas estas fases, pero lo que más vale en todos estos años es la prudencia. Aprenda a ser una persona prudente y así estará en los caminos de Dios
El gran dilema que enfrentan muchos hombres es no saber dónde posicionarse entre los dos extremos sensible e insensible. ¿Dónde debería situarse entre estos dos extremos? ¿Más hacia un lado, hacia el otro, en el medio o en ninguno?
En general, cuando observamos a los hombres en la sociedad, vemos que está desorientado, sin saber hasta dónde puede llegar. Porque si se inclina un poco hacia el lado insensible, enseguida es criticado, y si se inclina hacia el lado sensible, ocurre lo mismo. ¿Hacia dónde debe ir? ¿Cuál es el equilibrio? ¿Y qué dice la Palabra de Dios al respecto?
Cuando hablamos de insensibilidad o sensibilidad, nos referimos a atributos que pueden impactar en su vida, sus relaciones, su vida familiar, su trabajo, su profesión, cómo se percibe a sí mismo; en fin, todo en su vida puede verse afectado por estos dos extremos si no sabe dónde posicionarse.
Cuando usted se guía por la sociedad, por lo que el mundo dice qué es correcto o incorrecto, termina perjudicado, porque el mundo no es ejemplo de nada para nadie. Por lo tanto, ese es un error grave que la gente comete.
Cuando el Señor Jesús erigió Su iglesia aquí en la Tierra, dijo que esta sería luz para el mundo y no al revés. El mundo no es luz para la iglesia; el mundo es tinieblas. Nosotros somos quienes debemos dar sabor, dar luz a las personas.
«Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar…» (Mateo 5:13-14).
Entonces, cuando usted se refleja en las personas de este mundo, en las modas, en las ideologías, en las prácticas de este mundo y trata de mantener el paso con esas personas, está en el camino equivocado.
El hombre sensible es un fenómeno de los días actuales, pero durante miles de años, el hombre cargó con la reputación de ser insensible, esa imagen del hombre duro, que no llora, que traga todo en silencio, que ignora sus sentimientos. Cuanto más insensible se mostraba, más fuerte aparentaba ser.
¿Cuál fue el fruto de esa insensibilidad masculina? Pues bien, llegó el momento, en las últimas décadas, en que las mujeres dijeron basta, se rebelaron, buscaron su independencia y la sociedad debió hacerles espacio. Así, la mujer salió de casa, conquistó su lugar en el mercado laboral, ganó su dinero, estudió, se graduó y se rebeló contra el hombre. A tal punto que hoy, muchas mujeres prefieren pasear con el diablo antes que casarse, ser madre, ser esposa, esos antiguos roles que tradicionalmente eran de la mujer.
Así, muchas fueron a otro extremo, se igualaron a los hombres y, en lugar de elevar el nivel, lo bajaron y pensaron así: «Ah, si él lo hace, yo también lo hago», «Si él puede, yo también puedo», «Si él bebe, yo también bebo», «Si él insulta, yo también lo hago», «Si él puede tener sexo sin preocuparse por tener hijos, yo puedo abortar».
Es decir, no elevaron a los hombres a un nivel mejor y ellas mismas se degradaron, al punto de que los hombres comenzaron a tratar a las mujeres aún peor que lo hacían los duros del pasado. Porque los duros del pasado, al menos, aún tenían un sentido de honra, de respeto hacia la mujer. Hoy, muchos hombres miran a las mujeres sin ninguna consideración, sin ningún respeto, porque ellas se han vuelto iguales a ellos. Entonces, claramente, tampoco funcionó.
Dios creó al hombre y a la mujer a Su imagen y semejanza, lo que significa que Dios tiene el lado insensible y también tiene el lado sensible. Dios tiene la justicia, pero también tiene la misericordia; Dios tiene la ira, pero también tiene la compasión. Dios lo tiene todo. Todas las cualidades necesarias para que una persona sea completa están en Dios. Entonces, si estamos hablando de cómo debe ser el hombre, entiende que no debe estar en ninguno de los extremos ni en el medio, sino que debe ser sensato.
El hombre es llamado a ser sensato, la palabra que la Biblia usa es prudente. ¿Qué significa ser un hombre prudente? El Señor Jesús dijo que el hombre prudente es aquel que construye su casa sobre la roca.
Él dijo: «Cualquiera, pues, que Me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca», Mateo 7:24-25.
Construyó la casa sobre la roca previendo las tormentas, el viento, las lluvias, las inundaciones. Es decir, cuando la persona es prudente, tiende a pensar, a anticiparse.
¿Qué resultados tendrán sus decisiones actuales en el futuro? El prudente piensa: «Si hago esto, ¿qué ocurrirá?». El prudente anticipa, piensa por adelantado, piensa en las consecuencias, que es lo contrario a la generación de hoy, que es inconsecuente. ¿Cuántos hombres están hoy en prisión porque fueron inconsecuentes, tomaron una decisión sin pensar y ahora están cosechando las consecuencias? ¿Cuántos hombres hay hoy en día que tienen hijos por ahí en el mundo porque fueron insensatos? Es decir, esto es lo contrario de la prudencia. Ser prudente es pensar en el futuro. Jesús dijo que prudente es aquel que escucha y practica Sus palabras. Dios nos llama a eso.
Ve el mensaje completo en el siguiente video.