thumb do blog Renato Cardoso
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SÉ LO QUE HICISTE…

Los errores, los pecados y las fallas son como imanes del dolor y del sufrimiento, si no los pone hacia afuera, lo esclavizan y reducen a la sequedad. Entonces, es mejor enfrentarlos y exponer la realidad, antes de que él lo revele y lo avergüence mucho más

Una alerta muy importante se nos da por medio de las Sagradas Escrituras: «… y sabed que vuestro pecado os alcanzará», Números 32:23.

Esta es una alerta tanto para la persona que aún no cayó en pecado como para la que ya está caída. La intención de Dios no es condenar, sino salvar, porque no tiene placer en la muerte del impío. Él sacrificó a Su Hijo para librar a las personas del infierno. Por eso, alerta diciendo: «Tu pecado no permanecerá escondido para siempre».

El pecado no es algo que usted quiere mantener: «Esto nadie lo sabrá, no se lo diré a nadie». Recientemente, recibimos el caso de un hombre que cometió adulterio. Él no esperaba eso, pero una cosa fue llevando a la otra y unos meses después agendó el encuentro en el que cayó. Sin embargo, no terminó ahí. Él quedó muy mal, parecía David cuando se equivocó con Betsabé. Era como un enfermo que siempre va al médico y no descubre lo que tiene. Su conciencia estaba castigando su cuerpo. No hay paz en aquel que vive en pecado. Por eso, esta alerta es para que las personas no pasen por eso.

Si usted está siendo tentado a crear una estrategia para ganar más dinero, Dios lo está alertando, diciéndole que no se puede esconder el pecado para siempre. Llegó un momento en el que el cuerpo de aquel hombre comenzó a gritar, aunque no admitiera su error con la boca. El pecado lo dejó al descubierto. No hay forma de hacer «el crimen perfecto». Tal vez nadie lo descubra, pero, como mínimo, tres personas lo sabrán: Dios, el diablo y usted. ¿Dónde queda la justicia Divina? Usted no logra huir de su conciencia, y Satanás, conocido como el «acusador», lo acusará en su conciencia. De esta manera, usted sabe que si muere, se irá al infierno, porque está en pecado. Una previa del infierno se instala en usted. La persona queda perturbada, porque el diablo no inducirá a alguien al pecado sin cobrarle la cuenta después.

Para usted que ya cayó en pecado solo hay una salida, descubra el pecado antes de que este lo deje al descubierto; expóngalo antes de que este lo exponga. Como dijo David: «Mi pecado Te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor; y Tú perdonaste la maldad de mi pecado», Salmos 32:5. Entonces, muestre que aún hay un resquicio de carácter, de voluntad de hacer lo correcto por medio de la confesión. De lo contrario, cuando su pecado lo deje al descubierto, la vergüenza será grande.

¿Qué quiere: vergüenza o redención?

Haga una autoevaluación y vea el siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso