¿QUÉ REVELAN SUS ORACIONES SOBRE USTED?
¿No necesita ajustar sus oraciones? Puede ser que ellas solo estén enfocadas en lo que usted desea y no en la Voluntad de Dios. Evalúe que, al cambiar sus oraciones, cambiará los resultados de su vida
Si usted es una persona que ora, que expresa algún pedido, pensamiento o sentimiento hacia Dios, es posible que aprenda mucho al respecto prestándole atención a lo que pide.
Sí, porque no incluimos en nuestras oraciones aquello o a aquellos que no tienen importancia para nosotros. ¿Ya lo notó? Enseguida, es posible que note, por medio de sus palabras, lo que realmente importa en su vida y, a partir de ahí aprender más sobre usted mismo.
Entonces, hemos notado que la mayoría de las personas oran por pedidos personales, por algo que las beneficie. Hago un paréntesis: no es que Dios no nos permite pedir cosas personales. La Biblia está repleta de ejemplos de personas que, en momentos de sufrimiento, hicieron oraciones personales. Esto es permitido e incentivado por Dios. Este no es el problema. El problema es cuando nuestras oraciones solo incluyen nuestros propios intereses, eso nos llena de egoísmo.
¿De qué quiere Dios que estemos llenos? La respuesta está en la oración del padrenuestro. Note que los pedidos no son para quien ora. «… Padre nuestro que estás en los cielos…» La oración identifica a Dios como Padre y Su habitación. Y luego los pedidos: «… santificado sea Tu nombre». Es decir, el primer pedido es en favor de Él. Observe el diezmo. Poniendo a Dios en primer lugar. Vea que, en el inicio del padrenuestro, aprendemos a buscar el interés de Dios, Su voluntad.
La voluntad de Dios es infinitamente mejor que la nuestra. ¿Usted sabe más que Dios? Yo no tengo dudas de que Su voluntad es mejor que la mía. Es perfecta. Entonces, si quiero orar con inteligencia, debo priorizar Su voluntad en mi vida: «Es el Señor el que manda. Yo solo obedezco. Que yo aprenda a santificar Su nombre».
Solo después de esto viene «el pan nuestro de cada día». En este modelo de oración, el Señor Jesús abre una ventana para que pidamos lo que necesitamos. Cuando ore, pida el «pan nuestro de cada día», cuando pedimos el «pan de hoy», nos enfocamos en el presente (que es el único tiempo que realmente existe) y en lo necesario.
Dios suele darnos mucho más de lo que necesitamos, «pan de broché» o «queso» y mucho más. Pero no se preocupe por eso. ¿Qué necesita hoy? Dios Se agradará de eso.
No podemos olvidarnos de cumplir con nuestros deberes también con los demás. Si no hago por los demás lo que quiero que Dios haga por mí, sería un hipócrita.
Comience a notar lo que repetidamente pide en sus oraciones. Las personas llenas de Dios oran para que Su voluntad se cumpla, oran para que Su Reino se establezca en este mundo y que el prójimo sea tan bendecido como lo son ellas.
Reflexione sobre el contenido del siguiente video.