La palabra «religión» viene del latín religare, que significa «reconectar». Pero ¿será que eso es realmente lo que las religiones han hecho — acercarte a Dios? ¿O, por el contrario, te han alejado?

Dentro del ser humano existe la necesidad de buscar algo más grande que él. Eso es porque Dios puso en el hombre la sed de conocer algo mayor. Como dijo Salomón:

«Él ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones; sin embargo, el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin».

Eclesiastés 3:11

Por esa necesidad espiritual fue que surgieron y siguen surgiendo las religiones. Pero ellas han fracasado, pues separan a las personas, levantan barreras, incluso guerras se han hecho en su nombre. Y, para peor, separan a las personas de Dios.

Pero hace 2.000 años Jesús volvió todas ellas obsoletas cuando dijo:

«Yo Soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre sino por Mí».

Juan 14:6

En ese momento, Él acabó con la necesidad de cualquier religión, porque para que las personas se reconectaran con el Señor ya no era necesario un sacerdote, rituales, objetos, nada. Solo necesitaban creer en Él, vivir según Sus palabras, orar al Padre en Su nombre.

Pero el mundo no quiere que lo sepas. Tampoco tu religión, ni tus líderes religiosos quieren que entiendas esto. Al fin y al cabo, les conviene que sigas dependiendo de todo un sistema religioso.

¿Qué hacer frente a esta revelación?

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