thumb do blog Renato Cardoso
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¡PACIENCIA!

¡Usted no quiere escuchar, pero debo decirlo!

«Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa» (Hebreos 10:36).

«Paciencia», una virtud de la que la mayoría de nosotros carecemos. Cada día que pasa en este mundo acelerado, donde todo es rápido, la paciencia ha pasado de moda. Las personas buscan virtudes como la valentía, la audacia, la fuerza, la prudencia y la inteligencia. Hay muchas virtudes que son más atractivas y, por lo tanto, más deseables de buscar. ¿Quién quiere escuchar en una fila: «Ten paciencia»? Lo que usted quiere es ver que la fila avance.

Y, al no buscar la paciencia, debemos aprenderla por la fuerza. Es un hecho que, en la vida, casi nunca logramos las cosas en el momento y de la forma en que las deseamos. Todo padre y madre sabe que, si hacen todo lo que su hijo quiere, no será bueno. Eso educará mal a ese niño. Así que es mejor que aprendamos a desarrollar la paciencia de buena manera. Es decir, entender que esto es parte del proceso y que las cosas no sucederán en el momento que deseamos. Esto será para nuestro propio bien. Una bendición antes de tiempo se convierte en una maldición.

Cuando el pueblo de Israel fue a tomar posesión de la Tierra Prometida, Dios les advirtió: «No podrán expulsar a todas las naciones de una sola vez, porque, de hacerlo, no podrán administrar la tierra». Y Josué pasó toda su vida luchando. Murió sin terminar la conquista. Estos ejemplos se dejan en las Escrituras para que entendamos.

Cada vez que deja que la ansiedad se apodere de usted, solo prolonga su espera. Quería una relación, alguien que lo amara, pero, al saltarse todas las etapas y haber ido a la cama con alguien, retrasó todo.

La paciencia, que es lo opuesto a la ansiedad, es la virtud que debemos buscar. Usted no logrará ahorrar cien reales este mes y el mes que viene ya tener una fortuna. Deberá reeducarse, cambiar su comportamiento y perseverar en el cambio. No espere ir al gimnasio hoy y despertar mañana lleno de músculos.

Si usted reconoce que necesita más paciencia, pídasela a Dios. Quiero ver cumplida la palabra: «Mejor es el fin de un asunto que su comienzo; mejor es la paciencia de espíritu que la altivez de espíritu…», Eclesiastés 7:8. El comienzo es difícil, pero el final tiene el sabor de la victoria. Permanezca haciendo la voluntad de Dios.

Medite en esto y vea el mensaje completo en el siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso