thumb do blog Renato Cardoso
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NO «PATEE EL BALDE». ¡PATEE LAS GANAS DE DESISTIR!

Hay momentos en la vida en los que usted sentirá ganas de «patear el balde» y desistir. Tal vez, sea una relación, un trabajo, un proyecto. Esa actitud de «patear el balde» son ganas que vienen cuando todo está saliendo mal o cuando a las personas parece no importarles nuestros esfuerzos.

Eso es humano, porque la mayoría de las personas pasan por momentos así en la vida. ¿Pero qué tiene que recordar en un momento como ese?

Su vida es más que personas, cosas, pertenencias, proyectos y sueños. Casi todo lo que pierda en la vida es sustituible. Es decir, pocas cosas no pueden ser recuperadas o sustituidas. Y, si hay algo que no se puede sustituir, nuestra capacidad humana nos enseña a vivir sin eso.

Hay ejemplos bellísimos de personas con alguna discapacidad que no se dejaron llevar por eso. Son personas que entendieron: «Aunque haya perdido un miembro de mi cuerpo, que nunca más será recuperado, puedo aprender a vivir sin eso, vivir incluso mejor y volverme una inspiración para otras personas».

En otras palabras, una persona puede sufrir una tragedia y encontrar en eso una oportunidad de superación y otra persona puede ver en eso un motivo para deprimirse. Es el espíritu humano el que decide lo que hará con lo que le sucede. Por eso, le digo: su vida es más que todo eso. Porque todo el resto es sustituible o usted puede adaptarse a vivir sin eso.

Pero su vida es única. Usted no tiene otra. Usted no vive en un videojuego, en el que pierde un nivel y gana otra vida. Nuestra vida es una sola.

Si está vivo, tiene condiciones de superarse, de cambiar la situación, de usar la frustración en lugar de «patear el balde». Sin embargo, cabe destacar que la fuerza humana se agota. Por eso, tiene que hacer de Dios su fuerza. Hay una fuente inagotable de fuerza, ánimo, alegría, espíritu, inspiración que viene de lo Alto y está disponible para usted.

Conéctese con la fuente de toda inspiración, que es Dios. ¡Haga eso! Puede estar en 0 de energía, como un celular que ya está casi apagándose, pero, si conecta su vida a Dios, por medio de la oración, Él lo ayudará. Si hace eso, nunca más sentirá ganas de «patear el balde».

Escuche el mensaje completo en el video y piense sobre esto.