thumb do blog Renato Cardoso
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LA CLAVE DEL ÉXITO QUE LA MAYORÍA NO USA (¡QUÉ SUERTE LA SUYA!)

Quiero hablarle a usted, que desea tener mucho éxito en su trabajo. ¿Muchas veces ve cosas equivocadas o cosas que podrían ser diferentes? ¿No está de acuerdo con las decisiones de sus superiores o cree que ellos omiten, son injustos y que no hacen lo que deberían hacer? Le pregunto: ¿usted es el problema o la solución? Muchas personas piensan que su trabajo es llevarle al jefe todo lo que ven o creen que debería ser diferente. No comprenden que no fueron contratadas para identificar problemas, sino para resolverlos. Muchos aun piensan que señalar lo que está mal los hace buenos empleados, pero eso solo hace que sean catalogados como negativos e irritantes, porque señalan problemas sin ofrecer una solución. ¿Usted debe llevarle los problemas a su jefe? Sí, cuando esté listo para sugerir una solución y ejecutarla si es necesario. De lo contrario, no pierda su tiempo al señalar errores.

Cuando usted se propone a resolver los problemas que encuentra, se vuelve indispensable. Si usted tiene autoridad para resolver un problema, no moleste a su jefe, resuélvalo, en lugar de quejarse. Si no puede resolverlo, comuníquelo para que se tome una solución, aunque otro tenga que hacerlo. No se preocupe en reivindicar gloria cuando se resuelva. Algunos empleados quieren presentar la solución porque quieren recibir el mérito, no piensan en la empresa, sino en sí mismos. Cuando le hable a su jefe, ocupe su menor tiempo posible, sea breve y directo. Él notará que aprecia el tiempo tanto el de él como el suyo.

¿No es lo que vemos en la historia de José? Cuando fue llamado por el faraón para revelarle su sueño, él presentó el problema y ya tenía la solución, la respuesta en la punta de la lengua: en los años de las vacas gordas sería necesario guardar la quinta parte de la cosecha, porque, cuando llegara el tiempo de las vacas flacas, todas las naciones vendrían a Egipto.

José se despertó como prisionero y se fue a dormir como gobernador. Cuando él se mostró inteligente y solucionador de problemas, lo nombraron gobernador de Egipto.

Obviamente, su sabiduría provino de Dios. La clave del fracaso es creer que las cosas deberían ser de otra manera. La clave del éxito es lidiar con las cosas como son. Los solucionadores de problemas son excepcionales y, por eso, se paga mucho por ellos. ¿Está dispuesto a ser uno?