Recientemente, una noticia sobre el avance de la Inteligencia Artificial llamó la atención, alineándose con lo que las Sagradas Escrituras ya advierten.

Advertencia sobre el avance de la inteligencia artificial:

Eric Schmidt, ex-CEO de Google, declaró que la inteligencia artificial (IA) está a punto de escapar del control humano. Según él, dentro de un máximo de cinco años, es decir, hasta 2030, la IA ya no necesitará obedecer órdenes humanas.

Hoy, el funcionamiento de la IA depende de nuestras instrucciones: damos órdenes, hacemos preguntas y ella responde. Sin embargo, el avance es tan acelerado que, en breve, la Inteligencia Artificial podría actuar de forma autónoma, volviéndose más inteligente que toda la humanidad junta.

De la ficción a la realidad:

Así, escenarios antes retratados en películas de ciencia ficción — como robots rebelándose contra sus creadores — podrían concretarse. Schmidt fue claro: nadie sabe qué sucederá cuando eso ocurra. Por lo tanto, estamos ante una realidad en construcción en el mundo de la tecnología.

¿Qué significa esto para nosotros? Al perder el control de la IA, el ser humano se convertirá en esclavo de lo que creó. Esta situación refleja la rebelión del hombre contra Dios: creado con inteligencia, el ser humano eligió apartarse del Creador, diciendo: «Ya no necesito de Dios».

Muchos, en su arrogancia, alegan que Dios no tiene sentido y que solo los ignorantes creen en Él. Ahora, irónica o proféticamente, el hombre podría probar de su propio veneno: lo que creó podría no obedecerlo más.

La Biblia ya lo anunciaba:

A diferencia de los especialistas en tecnología que no saben lo que vendrá, Dios, en Su sabiduría, ya reveló en las Escrituras el desenlace de esta historia.

Vea lo que dicen algunos pasajes bíblicos:

• Jeremías 2:17:

«¿No te ha sucedido esto por haber dejado al Señor tu Dios, cuando Él te guiaba por el camino?».

• Romanos 1:22:

«Profesando ser sabios, se volvieron necios…».

Es decir, el ápice de la inteligencia humana puede ser, en realidad, su mayor locura: su propia destrucción.

• Isaías 24:3-5:

«La Tierra será totalmente arrasada y completamente saqueada, porque el Señor ha dicho esta palabra. De duelo y marchitada está la Tierra, el mundo languidece y se marchita, languidecen los grandes del pueblo de la Tierra. También la Tierra es profanada por sus habitantes, porque traspasaron las leyes, violaron los estatutos, quebrantaron el pacto eterno».

Este pasaje revela un futuro sombrío: una sociedad debilitada, salvaje, carente de respeto y dominada por la destrucción.

• Apocalipsis 11:18:

«Y las naciones se enfurecieron, y vino Tu ira y llegó el tiempo de juzgar a los muertos y de dar la recompensa a Tus siervos los profetas, a los santos y a los que temen Tu Nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la Tierra».

Así, la criatura que desafió al Creador cosechará las consecuencias de su arrogancia.

Un llamado urgente al arrepentimiento:

Ante este panorama, Dios continúa actuando como un Padre amoroso, llamando a sus hijos al arrepentimiento. Imagine a un padre buscando a un hijo perdido en las drogas o en malas compañías, suplicándole: «¡Vuelve a casa, tú no fuiste criado para esto!». Así es Dios con nosotros.

El profeta Oseas refleja este mensaje:

«Tu destrucción vendrá, oh, Israel, porque estás contra Mí, contra tu ayuda». (Oseas 13:9)

Sin embargo, Dios, nuestro ayudador, aún extiende Su mano.

El Juicio Final es inevitable:

Quienes, humildemente, reconozcan su condición y acepten el plan de Salvación a través de Jesucristo serán salvos. Pero quienes persistan en la arrogancia, el orgullo y la vanidad caminarán inevitablemente hacia la destrucción, no por castigo divino, sino por sus propias elecciones.

En resumen, lo que muchos hoy llaman «Inteligencia» se revelará como la mayor estupidez de la humanidad.

Vea este mensaje completo en el siguiente video.