thumb do blog Renato Cardoso
thumb do blog Renato Cardoso

ES DIFÍCIL ESTAR SINCERAMENTE EQUIVOCADO

Esta es una oración que todo siervo debe hacer constantemente para no caer en el engaño, porque, muchas veces, nos equivocamos creyendo que estamos en lo correcto

Es difícil estar sinceramente equivocado. Cuando no vemos nuestros propios errores, estamos errando y pensamos que estamos actuando bien, porque esos errores nos están ocultos. Otros los ven e incluso intentan señalárnoslos, pero los rechazamos y creemos que las personas están siendo injustas con nosotros. Sin embargo, esto puede costarnos muy caro.

El rey David no era ajeno a esta realidad: «¿Quién puede discernir sus propios errores? Absuélveme de los que me son ocultos». (Salmo 19:12).

Él era consciente de que había errores que estaban ocultos incluso para él mismo. Oraba para que Dios lo absolviera de los errores que aún no había percibido. Esta es una oración muy sabia y que pocos hacen: “Señor, muéstrame en qué estoy errando. Líbrame de mis errores ocultos”. Todos cometemos errores y, muchas veces, lo hacemos sin darnos cuenta. Es una oración humilde, un reconocimiento de nuestras limitaciones.

Él continúa: «Guarda también a tu siervo de pecados de soberbia; que no se enseñoreen de mí. Entonces seré íntegro, y seré absuelto de gran transgresión». (Salmo 19:13).

Es decir, «guarda a tu siervo del orgullo». Hay un contraste aquí, porque, por un lado, está el orgullo, pero el siervo no es soberano; tiene un señor por encima de él. Es curioso cómo contrasta ambas cosas. Aunque el siervo tiene una posición humilde, no tiene motivo para enorgullecerse. Sin embargo, incluso en la posición de siervo, podemos llegar a pensar que somos algo importante.

Él concluye diciendo: «Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Señor, roca mía y redentor mío». (Salmo 19:14).

La consecuencia de librarse del orgullo y de los pecados ocultos es la capacidad de ser sincero. El orgullo hace que una persona defienda su propio error.

A veces, Dios le mostrará sus errores a través de una revelación personal, y otras veces, usará a otras personas. Usted deberá tener humildad para escuchar a su esposa, a su esposo, a su jefe, a su empleado o incluso a un enemigo.

Reflexione al respecto y vea el video que acompaña este mensaje.

imagem do author
Colaborador

Obispo Renato Cardoso