thumb do blog Renato Cardoso
thumb do blog Renato Cardoso

EL DÍA QUE QUISE CAMBIAR DE LUGAR CON MI HIJO — (UNA LECCIÓN PARA USTED)

Nunca me olvidaré del día que mi hijo sufrió un accidente doméstico y necesitó recibir puntos en la frente. En ese momento, él gritaba tanto de dolor que quise cambiar de lugar con él. Yo hubiera preferido tomar su sufrimiento antes que verlo sufrir. Ese es el instinto natural paterno y materno.

Con Dios no es diferente. Como Padre, Él también sufre cuando ve que sus hijos sufren dolores, enfermedades y malestares, pero, al contrario de un padre humano, Él sí tiene el poder para sacar ese mal que está sobre Su hijo y liberarlo.

Observe lo que está escrito: “Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros Le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.” (Isaías 53:4-5).

¡Él ya las llevó! Por lo tanto, no cargue más ese dolor que está llevando. Vea el vídeo de arriba (14 minutos) y reciba la oración de fe.