thumb do blog Renato Cardoso
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DE REGRESO DE ISRAEL: UNA LECCIÓN PARA LA VIDA

Una de las experiencias que más nos marcaron de este viaje misionero a Israel, fue la inauguración de la Torre de la Fe en Tel Aviv. ¿Y cuál fue la lección más importante que aprendimos con el ejemplo de la perseverancia de nuestra iglesia?

Estamos de regreso después de una visita muy productiva en Israel, en Tierra Santa, incluso en este periodo de guerra. Gracias a Dios, ayer entró en vigor el cese del fuego y estuvimos en varios lugares, y trajimos muchas cosas para compartirle en los próximos días.

Una de las cosas que sucedieron y que más nos marcó, fue en este pasado sábado, la inauguración de nuestra sede en Israel, en Tel Aviv. Junto con el obispo Macedo y otros obispos, que estaban en esta misión en Tierra Santa, teníamos una alegría inmensa inaugurando este lugar. En realidad, no fue solo la inauguración de una iglesia, sino de cuatro. Porque, la Torre Fuerte que está en Tel Aviv, cuenta con cuatro iglesias en el mismo lugar. En la inauguración, había alrededor de 20 nacionalidades diferentes. Son personas que viven y trabajan en Israel, y ahora, hacen de este nuevo lugar su casa de Adoración. En un solo predio, estamos trabajando en distintos idiomas (hebreo, inglés, ruso y portugués). Gracias a Dios por eso. Hace 24 años la Iglesia está en Israel y, en este tiempo, ya cambió de dirección más de siete veces en Tel Aviv, porque el lugar era alquilado.

¿Y qué aprendemos de eso? Hemos sido testigos del desarrollo de la obra de Dios en Israel, en el transcurso de estos años. Hemos acompañado la lucha del trabajo que hay allí. Y vemos que, al inicio de todo, muchos nos dijeron: «¡están locos! ¿Por qué van a abrir una iglesia en Israel? En una tierra de judíos, musulmanes, árabes, personas del mundo entero, ¿qué esperan lograr?». Pero, nosotros hacemos el trabajo en todo el mundo obedeciendo la misión del Señor Jesús, porque Él fue quien dijo: «… Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura», Marcos 16:15. Y, no es una nación cualquiera, es la nación en donde sucedieron las historias bíblicas. Estamos derramando sudor para que el trabajo continúe allí.

Y la lección que aprendimos con esta gran victoria de la inauguración de la Torre de la Fe, es que Dios honra la perseverancia. Como dice el Salmo: «Cuando el SEÑOR hizo volver a los cautivos de Sión, éramos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenó de risa, y nuestra lengua de gritos de alegría; entonces dijeron entre las naciones: Grandes cosas ha hecho el Señor con ellos. Grandes cosas ha hecho el Señor con nosotros; estamos alegres. Haz volver, Señor, a nuestros cautivos, como las corrientes en el sur. Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo. Él que con lágrimas anda, llevando la semilla de la siembra, en verdad volverá con gritos de alegría, trayendo sus gavillas», Salmo 126:1-6. Este salmo habla sobre la perseverancia confiante en la promesa de Dios. Aquellos que perseveran en la Palabra pueden llorar mientras siembran, pero es cierto que, tarde o temprano, ellos cosecharán y volverán con el fruto que de lo que sembraron.

Y así ha sido el trabajo de la Iglesia Universal del Reino de Dios, que por Brasil y el mundo, ha sembrado con lágrimas delante de muchas persecuciones, oposiciones, traiciones, envidias. Si le contáramos todos los obstáculos del trabajo de llevar la Palabra de Dios (porque muchas personas piensan que es fácil) …pero Dios ha sido fiel a Su promesa y ha honrado este trabajo. Porque hemos trabajado sin mirar a nadie.

Y eso es algo que quiero compartirle: las personas no quieren el camino correcto, quieren el camino más fácil. Y el camino correcto es: «los que siembran con lágrimas, cosecharán con alegría». Es confiar en la Palabra de Dios y no mirar a los demás. Después de años de luchas, finalmente se cumple la Palabra delante de nuestros ojos. Y la perseverancia de los hombres y de las mujeres de Dios que allí, con su incansable trabajo, están viendo el resultado.

¿Y qué debe hacer con esta información? Muchas veces, usted siente que su trabajo fue en vano y que su esfuerzo fue por nada. ¿Tiene la certeza de que hizo lo que era correcto y parece que está pagando un alto precio y qué Dios no lo está escuchando? No se desespere. No deje que esa aparente derrota le robe la fe. Siga poniendo un pie delante del otro y mirando la Palabra. Esta dice: «… en verdad volverá con gritos de alegría…». No existe la mínima chance de que no tenga el fruto de lo que sembró. Si ha obedecido la Palabra, siga adelante. En su mente, siempre confíe: «… Grandes cosas ha hecho el Señor…».

Vea el mensaje completo en el siguiente video.