thumb do blog Renato Cardoso
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CUANDO ATACA ESA PEREZA…

¿Sabías que la pereza es un pecado? Parece inofensiva, pero ha destruido muchas relaciones

«Por negligencia se hunde el techo, y por pereza tiene goteras la casa». Eclesiastés 10:18

Normalmente, cuando se habla de pecado, se menciona el adulterio, el robo, la mentira, entre otros. Difícilmente se escucha hablar del pecado asociado a la pereza, pero la pereza es uno de los siete pecados capitales, y, curiosamente, quizás el menos mencionado.

En este versículo, la condición de la casa está relacionada con la pereza. Es decir, el dueño de la casa no realiza el mantenimiento necesario y entonces esta comienza a deteriorarse. Esto es verdad en cualquier área de la vida, porque, cuando no se hace el trabajo necesario para el mantenimiento, ya sea de la casa, del automóvil, de la salud, de la vida económica o de la empresa, empiezan a surgir problemas.

Entonces, muchas veces, la pereza es la gran culpable de que la casa se derrumbe, literalmente. Pero la casa no se derrumbó de la noche a la mañana, se cayó debido a años de negligencia; y esto les sucede a muchos matrimonios.

La pereza se manifiesta dentro del matrimonio y en la vida amorosa de los solteros de muchas maneras, una de estas es la pereza de cambiar.

La persona sabe que tiene un temperamento difícil que afecta su relación, pero no quiere tomarse la molestia de cambiar, porque sabe que tendrá que esforzarse para lograrlo. Todo cambio requiere esfuerzo, no es algo natural, tendrás que sufrir un poco, a veces incluso humillarte un poco, dejar de lado el ego, pasar vergüenza, atravesar algunas situaciones que son incómodas; pero, como quieres cambiar, te sometes.

Es natural en el ser humano buscar placer y evitar el dolor, el malestar. Sin embargo, también sabemos que todo progreso exige dedicación, que todo lo bueno requiere algún tipo de esfuerzo. Por ejemplo, a todos nos gusta tener la casa limpia y organizada, pero para mantenerla de esa manera hay que lavar el baño, lavar los platos, barrer y demás. Así es todo en la vida, necesitamos hacer lo que no nos gusta para tener lo que nos gusta.

Cuando sigues lo que sientes y dejas de hacer el trabajo que te corresponde, en el momento te sientes bien, pero luego viene el malestar. Es decir, la comodidad al principio trae incomodidad al final, y viceversa. Así es, la vida tiene estas cosas invertidas; si no haces las paces con ella, siempre vivirás como la persona que siempre desea lo bueno, pero siempre vive lo malo.

Entonces deja de decir: «Yo quisiera. Yo deseo. Yo sueño», y empieza a preguntar: «¿Qué debo hacer para lograr esto?».

Cuando haces lo correcto repetidamente, el éxito es inevitable.

Mira el siguiente video y reflexiona.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso