CÓMO SER FUERTE Y JAMÁS RENDIRSE
La fuerza no es fruto de la casualidad, sino una elección diaria de no rendirse ante la debilidad. Por eso, aprenda cómo ser fuerte y jamás rendirse
Cuando miramos la vida de uno de los mayores héroes de la fe, el apóstol Pablo, es imposible que no nos inspiremos. Y le hablo especialmente a usted, que está cansado, desanimado. Usted, que se pregunta: «¿Vale la pena?».
Está escrito: «… pero sabéis que fue por causa de una enfermedad física que os anuncié el Evangelio…», Gálatas 4:13-15.
Aun enfermo, Pablo no se desvió de su misión. Fue a Galacia y predicó el Evangelio. También sabemos que casi un tercio del Nuevo Testamento fue escrito por Pablo debido a sus prisiones. Además, pasó un tiempo para que fuera aceptado, porque algunos cristianos no creían en su conversión. Llegó a ser fugitivo, fue encadenado después de recibir una golpiza, y debió enfrentar cosas inimaginables.
Entonces, ¿por qué usted quiere rendirse? Una de las grandes características de un vencedor es que no se rinde. Esa fuerza que estaba en Pablo debe estar dentro de nosotros. Pero esto no depende solo de Dios, porque, si dependiera únicamente de Él, todos serían fuertes. En la Biblia, Pablo fue abandonado por algunos discípulos que no soportaron; eran personas que, probablemente, tenían al Espíritu Santo, pero el Espíritu Santo está sujeto al espíritu humano; entonces, si el espíritu de una persona es débil, frágil, Dios Se queda limitado, porque Él respeta a la persona.
Así que, si usted quiere vencer como este magnífico ejemplo que tenemos en Pablo, que aun enfermo predicó el Evangelio, debe comprender esto. Si él tenía esa fuerza, nosotros también la tenemos. Esa fuerza no tiene que ver con músculos, con capacidad; tiene que ver con una elección. Si usted no elige ser fuerte, la alternativa es elegir ser débil. ¿Qué prefiere? Usted decide.
Sí, la vida nos presenta situaciones que no esperamos. ¿Cuántas veces hemos hecho el bien y vino una tormenta que se llevó todo? Eso es parte de la vida. Pero cuando estas cosas suceden, tenemos la opción de quedarnos en el suelo derrotados o de pensar: «A pesar de esto, levantaré la cabeza y seguiré adelante; lucharé un round más».
En Apocalipsis, las cartas a las siete iglesias, que representan a los que creen, dicen: «Al vencedor…». Los vencedores son aquellos que vencen sus dolores, el cansancio, las fieras, los enemigos, las traiciones. Vencen porque Aquel que está en ellos vence al mundo entero. Y así llegaremos al Cielo.
Gracias a Dios, cuando abrimos las Escrituras todas las mañanas para leerlas, somos obsequiados con las palabras del Dios vivo, a través de la boca de Sus siervos, que nos fortalecen y nos renuevan.
Vea el mensaje completo en el siguiente video.