SOY INOCENTE
¿Usted es el juez de su propia vida? ¿Se declara inocente en todos sus actos? Eso puede ser loable para el mundo, pero para Dios es abominación.
Existe un tipo de pecado humano que es muy actual. Hoy en día, este pecado ha sido exaltado y practicado en todas las clases sociales, especialmente dentro de las iglesias, a pesar de ser algo que existe desde el Jardín del Edén.
El Señor Jesús les dijo a los fariseos avaros: «Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres, mas Dios conoce vuestros corazones. Porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación», Lucas 16:15.
El pecado al que me refiero es el que los fariseos avaros usaban para cubrir su avaricia: «Ustedes se justifican de sus propios errores». Usted, cristiano, no se engañe con las alabanzas de este mundo, no tenga la falsa sensación de que está bien por el hecho de que el mundo lo aplaude.
¿Qué es justificarse? En el lenguaje jurídico es «defender la propia justicia», «creer que está en lo correcto». Cuando alguien es así, puede ser el legislador, el abogado y el juez de sí mismo. Ahora bien, yo le pregunto: si va a un lugar donde una persona crea una ley, la interpreta, la juzga y también la aboga para defenderla, ¿qué diría sobre ese tribunal? Puedo decir que, en los países en los que hay una sola persona que hace eso, obtiene el título de «dictadora». Es natural que esa persona solo haga lo que le agrada, que se haga pasar por un «dios». Por eso existe la separación entre los poderes: ejecutivo, legislativo y judicial.
En el caso del cristiano, cuando actúa de esta manera, lo que Dios dice es secundario, porque él mismo se defiende: «Hice tal cosa, a causa de tal otra», y, finalmente, baja el martillo. Eso hacían los fariseos. Nosotros, como seres humanos, tendemos a hacer lo mismo, tendemos a justificarnos.
Por ese motivo, si quiere ser un verdadero cristiano, debe elegir a Dios como juez, al Señor Jesús como abogado y al Espíritu Santo como auxiliador, debe someterse a Sus Palabras. No piense, por el hecho de que sus argumentos son convincentes ante los hombres, que usted zafará ante Dios.
La Ley de Dios es mucho más elevada. Piense si no está cometiendo el terrible pecado de justificarse, porque es ese pecado el que le da el pie para pecar en todas las demás áreas y cometer los demás pecados.
Reflexione sobre este mensaje viendo el siguiente video.
Portugués
Inglés
Francés
Italiano
Haití
Ruso