thumb do blog Renato Cardoso
thumb do blog Renato Cardoso

YO LEÍA MUCHOS LIBROS, HASTA QUE ENTENDÍ ESTO

Siempre me gustó mucho leer. Hubo una época en mi vida en la que leí bastante; varios tipos de libros, textos y vías de comunicación. Sin embargo, llegó un momento en el que “me cayó la ficha” sobre la siguiente realidad: “¿De qué me servía leer tanto si olvidaba todo lo que leía y no hacía nada con la información que absorbía?”. Era como si las nuevas informaciones que leía fueran agua que lavaban las anteriores llevándolas al olvido.

Lamentablemente, muchos han actuado así con respecto a la Palabra de Dios. Se llenan de muchas informaciones bíblicas, pero no practican lo que aprenden. De esta manera, los consejos Divinos se van olvidando, mientras que el ego crece cada día más, por el orgullo del vasto conocimiento que poseen.

El apóstol Pablo aconsejó lo siguiente: “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos”, Hebreos 2:1.

El actual problema espiritual no es por la falta de escuchar o de conocer la Palabra de Dios, incluso porque el número de evangélicos crece diariamente, sino porque las personas no le están dando la debida atención a lo que escuchan.

¿Será que esto le está sucediendo a usted? Entienda mejor viendo el siguiente video (12 minutos).