¿YA SINTIÓ QUE QUEDÓ ATRÁS?
No basta con solo escuchar la Palabra. Es necesario tener fe para practicarla y ponerla a prueba, de lo contrario, usted se quedará atrás
La Biblia habla de los que se quedan atrás, los que se sienten y permanecen como olvidados, rezagados, siempre corriendo detrás de las pérdidas mientras ven a otros avanzar.
Tal vez usted tenga esa sensación. Yo ya la tuve. Se siente incapaz, impotente, sin justicia. Piensa: «Caramba, trabajo tanto y parece que hay personas que hacen mucho menos y logran más que yo». Viene la sensación de inferioridad, de que los demás son más capaces. Vea lo que dice la Palabra de Dios:
«Por tanto, temamos, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado».
Hebreos 4:1
La promesa del reposo es para todos. Del reposo, de la Salvación, de la ayuda de Dios. Él no hace acepción de personas, promete y quiere ayudar a todos los que creen. Y eso está explicado en el versículo siguiente:
«Porque en verdad, a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva, como también a ellos; pero la palabra que ellos oyeron no les aprovechó por no ir acompañada por la fe en los que la oyeron».
Hebreos 4:2
Considere esto:
He aquí la razón por la cual muchos se quedan atrás. No es por falta de oportunidad, ni de capacidad, ni porque Dios se haya olvidado de ellos, sino porque, habiendo escuchado la palabra de la predicación, las buenas nuevas de Dios, no acompañaron lo que escucharon con la fe y, por lo tanto, se quedaron afuera, se quedaron «viendo pasar los barcos».
Entienda que la Palabra de Dios está llena de promesas maravillosas: de salvación, de sanidad, de restauración, de perdón, de reconstrucción de la vida, de que Dios elige a los débiles, a los que no son nada. Es riquísima, revelando toda la Voluntad de Dios para nuestra vida. No faltan promesas, no faltan intenciones ni voluntades perfectas de parte de Él hacia nosotros. Entonces, ¿qué es lo que falta? Él incluso descendió a este mundo, se vistió de ser humano, dio el ejemplo, murió por nosotros, tomó nuestro lugar, hizo todo lo que podía haber hecho.
Por lo tanto, de parte de Él, no falta nada más. Él dejó Su Palabra y usted ha escuchado las buenas nuevas, como yo las escuché, ha recibido la palabra de la predicación, como yo la recibí. Pero entienda: si no acompaña esas palabras con su fe, se quedará atrás. No es lo que Él quiere, pero es lo que va a suceder por su culpa. Porque decidió no creer en la Palabra. Aunque le haya gustado, aunque le haya parecido bonita, aunque haya publicado un versículo en las redes sociales, nada de eso es necesariamente fe acompañada de la Palabra.
¿Qué hacer?
La fe acompañada de la Palabra es lo siguiente: «Yo creo que esto que Dios dijo es verdad. Por lo tanto, voy a basar mi vida, mis decisiones, mis elecciones en lo que dijo Dios. Eso es acompañar la predicación de la Palabra con la fe. Es decidir poner a prueba, poner en práctica lo que está escrito. Y dejar de escuchar su corazón, que grita con dudas, con ansiedad; dejar de escuchar todas las voces de este mundo y comenzar a escuchar solamente la Voz de Dios.
Hay personas que eligen gurús para sí mismas, doctores, coaches, celebridades como modelo a seguir. Pero el sabio elige a Dios como su modelo, elige al Señor Jesús, que fue el único perfecto, como su ejemplo, como el foco de su fe. Entonces, si quiere avanzar y no quedarse más atrás, debe comenzar a prestar atención a las buenas nuevas del Padre, que están disponibles para todos.
Y si quiere un resultado rápido, sea rápido en obedecer la Palabra. No necesita entender toda la Biblia. Pero lo que entienda, póngalo en práctica, acompáñelo con la fe y, entonces sí, no se quedará más atrás. Haga esto y después vuelve aquí y me cuenta el resultado.
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