Usted no es tan independiente como cree
Todos nosotros nos amoldamos a algún modelo o patrón al cual aspiramos. Las mujeres de las tapas de las revistas son presentadas como patrón de belleza. Las propagandas en todos los medios anuncian lo “mejor”, lo “ideal”, lo “más moderno”, el “nuevo” producto, servicio o estilo de vida para las personas. Incluso la Biblia nos presenta hombres y mujeres como modelos de fe y ejemplos de vida.
Es así como el ser humano funciona. Desde niños aprendemos a filmar todo y a todos a nuestro alrededor. Y los modelos y patrones más impactantes terminan programándonos para seguirlos. No es de sorprenderse que nuestros padres y nuestra infancia dicten prácticamente el 90% de nuestro comportamiento por el resto de la vida. Es muy cierto que no nos gusta admitir eso. En nuestra cabeza, somos independientes, libres y más avanzados que nuestros padres. Pero basta un autoexamen sincero de nuestro comportamiento para que veamos lo que no queremos ver. Reproducir en nuestro comportamiento lo que vimos y aprendemos es inevitable. A no ser que haya una intervención.
¿Cómo una intervención?
Cuando da cuenta de que ha seguido no solo a uno sino a varios modelos y patrones en su vida, entonces usted puede usar su inteligencia y juzgar si estos son dignos de ser imitados. Puede preguntarse: ¿necesito sufrir con dieta tras dieta, píldoras para adelgazar y cirugías plásticas para parecerme a aquellas modelos photoshopeadas? Si no uso la ropa de esa marca ¿estaré realmente fuera de moda? Aquel hombre “de éxito”, que es un expert en los negocios pero un fracaso en el matrimonio, ¿es realmente un modelo para mi felicidad? El mal ejemplo que vi en mi padre, ¿tiene que determinar mi comportamiento para el resto de la vida?
Cuando identifica los malos modelos y patrones que lo influencian, puede conscientemente rechazarlos y buscar otros patrones, mejores y más productivos para usted.
Esa es una decisión consciente que usted tiene que tomar. Es difícil hacer el cambio. Lleva tiempo. Exige romper los paradigmas. A veces, realmente solo la intervención divina es capaz de realizar el cambio.
Pero tenga la certeza de una cosa: usted siempre seguirá un patrón, un modelo en la vida, bueno o malo, quiera o no. La buena noticia es que usted puede elegir cuál seguirá.
Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.
– Pablo de Tarso, 1 Corintios 11:1
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