A veces, el gran error de las personas es diferir de Dios. El propio Señor Jesús dijo que «… lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo», lea Mateo 18:18.

Este es el error de muchas personas: Dios dice una cosa y ellas difieren. Se resisten a Dios, incluso dentro de la iglesia, bautizadas con el Espíritu Santo y conociendo la Biblia.

Es decir, con pensamientos fijos y muchas veces equivocados, la persona no se alinea con la Palabra. Dios intenta llamarla y ella no responde, de esta manera, no hay contacto entre la tierra y el cielo.

Y muchos aún se preguntan: «Pero ¿cómo difiero de Dios?»

La respuesta es más sencilla de lo que parece: si Dios le dice que perdone y usted dice «no», difiere. Si Él le dice: «Dale una oportunidad a esa persona, empieza una amistad, habla con ella» y usted responde «no», ¡difiere de Dios!

Si le dice: «Puedo reconstruir tu vida y hacer todo nuevo”, pero usted dice «no», nuevamente, usted difiere de Dios.

Vea este mensaje y reflexione sobre el tema.