UNA LOCURA: ¡1 CENTAVO VALE 3! ¿Qué está haciendo que no tiene sentido?
¿Ya se detuvo a preguntarse por qué hace ciertas cosas? Vea este video y descubra ¡cómo tomar decisiones eficientes de acuerdo con la voluntad de Dios!
En 1793, hace 232 años, en Estados Unidos comenzaron a producir la moneda de 1 centavo de dólar, el famoso “Penny”. Y, desde entonces, la moneda que es la más antigua del país está circulando.
Sin embargo, recientemente, cuando el nuevo gobierno asumió, fue creado un departamento de eficiencia del gobierno, para descubrir gastos innecesarios. Fue entonces que se descubrió que el costo para producir una moneda de un centavo es de tres centavos, o sea, tres veces mayor que su valor. Piense conmigo: No tiene ningún sentido pagar para producir una moneda más cara de lo que vale.
Pero estoy aquí solo ilustrando un dato curioso que también se repite en empresas, familias y en la vida de individuos, que es el hecho de que continuemos haciendo cosas porque siempre se hicieron, sin cuestionar la razón.
¿Quién lleva una moneda de un centavo de dólar? Generalmente cuando la persona recibe esa moneda como vuelto, la coloca en la billetera o en algún pote en su casa y nunca más la usa. Pero nadie pregunta: ¿Por qué estamos haciendo eso?
O sea, esa situación ilustra un error clásico y común del ser humano, que es dejar de cuestionar las cosas que hace desde siempre. La Biblia nos da un ejemplo de eso.
En el capítulo 1 del libro del profeta Hageo, dice: «Ahora pues, así dice el Señor de los Ejércitos: Considerad bien vuestros caminos. Sembráis mucho, pero recogéis poco; coméis, pero no hay suficiente para que os saciéis; bebéis, pero no hay suficiente para que os embriaguéis; os vestís, pero nadie se calienta; y el que recibe salario, recibe salario en bolsa rota. Así dice el Señor de los ejércitos: Considerad bien vuestros caminos». Hageo 1:5
El país atravesaba una situación económica en la que la gente trabajaba duro, pero no veía los frutos de su trabajo. Luego, el profeta instruido por el Señor de los Ejércitos les pide que consideren sus caminos.
En otras palabras, observe de dónde viene, qué ha estado haciendo y vea si está obteniendo el resultado que desea. Mire si lo que hizo en el pasado, y tal vez funcionó, si todavía funciona y tiene sentido hoy. O si quizás porque las circunstancias han cambiado también necesita cambiar. Cambie, pero no en términos de principios, sino en términos de inteligencia, deje de hacer lo que ya no funciona. Debido a que detenerse y considerar los caminos lleva tiempo, requiere que usted se detenga y deje de vivir en piloto automático. Usted tiene que analizar: “¿Por qué le dedico tiempo a esto?”
Como en el ejemplo de Estados Unidos, algo lleva haciéndose por 232 años y ya dejó de tener sentido hace muchas décadas, pero nadie se detuvo a cambiarlo; de la misma forma muchas veces la persona está siguiendo un rumbo en su vida que no tiene ningún sentido, pero continúa siguiéndolo. Y si alguien le pregunta por qué hace esto, probablemente responda: “Ah, porque siempre fue así”, “porque mis padres siempre lo hicieron así”, “porque todos lo hacen así”. Estas respuestas no son inteligentes.
Por eso Dios nos dice que consideremos nuestros caminos. Los cambios más grandes que tuve que hacer en mi vida fueron resultado de un análisis como este. Fue debido a observar mis caminos y ver que lo que estaba haciendo no estaba funcionando.
Este análisis debe ser realizado por cada uno.
Si está comprendiendo este mensaje, todavía está a tiempo de cambiar, pero tendrá que hacer algunos cambios drásticos en su vida. Tal vez, tenga que instalar un departamento de eficiencia en su vida y comience a eliminar las cosas que ya no funcionan. Creo que esta sería una experiencia magnífica para cualquiera que tuviera el coraje de hacerlo.
Vea el mensaje completo en el siguiente video.
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