Sus problemas no saben que es Año Nuevo
¿Los árboles saben que está empezando un nuevo año? ¿Los animales lo saben? ¿Y los bebés? Año Nuevo, en realidad es un producto de las tradiciones humanas. Tanto es que en nuestro calendario Gregoriano, esta fecha cae en el 1º de enero. En el calendario Judío, varia entre el 25 de septiembre y el 5 de octubre. El Año Nuevo en Chino cae entre el 21 de enero y el 20 de febrero. Es decir, el día de Año Nuevo depende de la cultura y del lugar donde usted nació.
Todas las costumbres de la época de fin de año llevan a las personas a creer que, como por mágica, el cambio de número del año en el calendario traerá cambios positivos a sus vidas.
“Feliz Año Nuevo”, para mí es lo más irritante. Es como una obligación social que si usted no la cumple, algo no está bien con usted. “¡Él ni me deseó Feliz Año Nuevo!¿Qué le pasa?” Parece que nadie ve que el desear un Feliz Año Nuevo o no, no hará ninguna diferencia en la vida de nadie. No trajo más salud, más dinero, más felicidad, más nada. Pero la presión es tan fuerte que todos los años yo todavía me veo hablando una o dos veces “Feliz Año Nuevo” para alguien, solo para no parecerme a un E.T.
Lanzar fuegos de artificio, entonces, es el ápice de la insensatez y del irrespeto a los que prefieren dormir. Sin duda, un espectáculo visual. Pero, provecho práctico, no trae ninguno.
Alguien dirá: “Pero estas celebraciones no hacen ningún mal a nadie. ¡Y que vida aburrida sería si no fuera por estas fiestas.¡ ¡No seas un aguafiestas!”
No estoy en contra las fiestas. Si usted lee la Biblia, principalmente el Antiguo Testamento, verá que Dios es el más grande fiestero que ya existió. A veces me pregunto cómo él pueblo judío lograba trabajar con tantas fiestas durante el año. Pero eran fiestas con un significado espiritual, que remetían al pueblo a algún acontecimiento del pasado que Dios quería que ellos jamás se olvidasen. Así mismo, el alejamiento de Dios tornaba estas fiestas en tradiciones y prácticas carnales, de manera que Él mismo decía:
Aborrecí, desprecié vuestras solemnidades y no me complaceré en vuestras asambleas.(Amós 5:21) Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes; me son gravosas y cansado estoy de soportarlas. (Isaías 1.14)
En la esencia de estas palabras y del contexto de cuando Dios las habló, se veía expresado el siguiente mandamiento:
¿De qué sirven las fiestas, comidas y bebidas, música y bailes – si ustedes no hacen lo que es correcto?
Sus problemas, desafíos y sueños tampoco saben que es Año Nuevo. Ellos seguirán iguales, indiferentes al calendario – a no ser que usted se decida a hacer lo que es correcto y necesario para vencerlos y alcanzarlos.
En vez de “Feliz Año Nuevo”, fuegos, vestirse de blanco y todo lo demás, lo que usted necesita es tomar decisiones audaces de cambiar de vida, de hacer lo que tiene que ser hecho y de estar comprometido con estos cambios que quiere ver.
Sin importar cual es el día que usted hará esto – 1º de enero, 24 de mayo, 7 de agosto… – este día será su Año Nuevo.
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