¡SU MENTE ES PROGRAMADA CON PALABRAS!
Pensamos en palabras. Sus pensamientos, decisiones e incluso su fe son moldeados por lo que escucha y confiesa. Sabiendo esto, ¿qué palabras abrazó e introdujo en su mente? Use un filtro y mantenga su mente clara
Nosotros pensamos en palabras. A través de estas, nuestros pensamientos son formulados. En este sentido, el ser humano es diferente de todos los otros seres vivos. Las plantas no piensan, los animales no piensan. Naturalmente, ellos tienen cierta inteligencia, pero no como la del ser humano.
El cachorro fue diseñado para ladrar. Así como el león fue diseñado para rugir. Ellos tienen la inteligencia que les fue programada, pero simplemente reaccionan al ambiente y a sus instintos. En cambio, el ser humano tiene el poder de formular ideas, pensar y, muchas veces, actuar de forma totalmente contraria a su naturaleza. Por ejemplo, el ser humano tiene comportamientos autodestructivos – como autolesión y vicios – y destruye su propio ambiente.
Las palabras forman pensamientos y decisiones
Cuando usted piensa: «¿Qué tengo para comer hoy?», está hablándose a sí mismo por medio de palabras. Si pensamos y tomamos decisiones basadas en palabras, debemos evaluar lo siguiente: ¿qué palabras hay dentro de nosotros? ¿Qué palabras hemos nutrido y colocado en nosotros mismos?
En Romanos 10:8, dice: «… Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos…». Pablo citaba Deuteronomio 30, cuando Dios, a través de Moisés, le dijo al pueblo que las palabras de Dios no estaban lejos:
«Porque este mandamiento que Yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo hará oír para que lo cumplamos? Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos? Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas». Deuteronomio 30:11-14
Necesitamos buenas palabras dentro de nosotros
Si queremos buenos pensamientos y buenas decisiones, necesitamos buenas palabras dentro de nosotros. De esta manera, sustituya las palabras negativas que bombardean su mente – como malos pensamientos, ansiedad y preocupación – por la Palabra de Dios.
Confiese la Palabra de Dios
Debemos tener el hábito de confesar la Palabra de Dios en lugar de confesar derrota, destrucción, murmuración y malas noticias. Somos excelentes propagadores de malas noticias: escuchamos algo malo y enseguida lo compartimos. Debemos tener cerca las palabras de Dios, pronunciarla constantemente en lugar de repetir cosas negativas.
Cuando meditamos y absorbemos la Palabra de Dios, nuestro corazón se llena de esta. Naturalmente, cuando estemos delante de las dificultades, de nuestra boca saldrán palabras positivas, como: «Nosotros venceremos esto. Dios está con nosotros. Dios nos guiará».
De esta manera, nuestras decisiones serán mejores y nuestro estado emocional, mental y físico será más saludable.
La Palabra de Dios es protección
Siempre debemos recurrir a la Palabra de Dios. Delante de cualquier situación, pregúntese: «¿Qué dice la Biblia sobre esto?». Si no encuentra la respuesta en la Biblia, ore y pregúntele a Dios cuál es Su dirección.
La Palabra de Dios es escudo, protección y una torre fuerte en contra de las palabras negativas que provienen de todos lados: celular, TV, amigos, música, noticias. Las palabras negativas llegan a nosotros automáticamente, pero la Palabra de Dios debemos buscarla intencionalmente.
Al tener la Palabra de Dios en usted, tendrá pensamientos más nobles, correctos, constructivos y creativos. También tomará decisiones más asertivas y alcanzará buenos resultados.
La importancia de la iglesia y la comunión
La iglesia es una congregación, una reunión de personas que se unen para escuchar la Palabra de Dios. Aunque sea posible escuchar la Palabra por internet, en Hebreos 10:25 dice que no debemos dejar de reunirnos presencialmente. Hay una diferencia entre escuchar solo y estar en compañía de otros hermanos, recibiendo el espíritu de aquella palabra directamente, enfocado en lo que usted está viviendo.
Entonces, aproveche esta información. Abrace la Palabra de Dios, confiésela dentro de usted y téngala siempre cerca.
Vea el mensaje completo en el siguiente video.
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