Ya habrá escuchado hablar de los acumuladores. Son personas que, por algún disturbio emocional, acumulan en sus casas todo lo que encuentran. Por ejemplo, si encuentran la cubierta pinchada de una bicicleta en la calle se la llevan creyendo que la necesitarán algún día. Acumulan con la idea de que «puedo necesitarlo», pero la realidad es que no lo necesitan.

Recuerdo que, cuando era niño y visitaba a mis abuelos, mi abuelo, si bien no era acumulador, tenía esa actitud con ciertas herramientas. Tenía un mueble y dentro de los cajones tenía todo tipo de herramientas que se pueda imaginar (tornillos, tuercas, arandelas). Eran cosas viejas, y un día le pregunté: «¿Por qué guardas todo eso?», y me respondió: «Porque algún día lo necesitaré».

Ahora bien, imagínese a las personas que hacen esto mismo dentro de su corazón, que hacen esto con sus sentimientos. Si usted cree que un acumulador que junta cosas en su casa necesita ayuda, es porque no vio un acumulador de malos sentimientos en el corazón. Esta persona sí está más enferma que un acumulador de cosas materiales.

Por este motivo, Dios dice: «Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros Mi Espíritu, y haré que andéis en Mis estatutos, y guardéis Mis preceptos, y los pongáis por obra», Ezequiel 36:26-27.

¿Por qué el corazón se volvió petrificado? A causa de los malos sentimientos. ¿Cuántas personas tienen el corazón de piedra porque acumularon sentimientos de rabia, envidia, traumas? ¿Cuántas personas hay que dicen: «No quiero relacionarme más con nadie, no le quiero ver más la cara a Fulano, no quiero tener más contacto con tal persona»? Es un corazón que se endureció debido a tanto sufrimiento que pasó. Cuando usted coloca un lavavajillas, por encima hay una superficie plana (de mármol, granito o acero). La parte de encima del lavavajillas siempre es una superficie lisa. ¿Por qué? Es para dificultar la acumulación de residuos y poder limpiarla más fácilmente. Usted nunca encontrará la superficie de una mesada áspera porque, si cae algo allí, no lo podrá limpiar bien. Entonces, de la misma manera, el nuevo corazón que Dios da es un corazón de superficie lisa, las cosas no quedan pegadas. Pero el viejo corazón es arrugado, todo lo que cae queda pegado. Las personas acumulan malos sentimientos, generalmente dicen: «Los hombres (o mujeres) son siempre lo mismo. Nunca más abriré la boca, nunca más confiaré en nadie». Usted escucha ese tipo de frases que tienen origen en un corazón acumulador de malos sentimientos.

Así como la casa de un acumulador está llena de chatarra, el corazón de las personas también lo está. El corazón está lleno de resentimiento, envidia, celos. Entonces las personas dicen esas cosas. Es duro vivir con el corazón acumulado de malos sentimientos. Por eso Dios dice que la única solución es cambiar el corazón viejo por uno nuevo. Es un corazón que Dios coloca en el ser humano y con el que las personas aprenden a descartar cosas. Usted necesita vaciar el basurero, apéguese solo a lo que es bueno.

Imagínese un corazón que solo se apega a las cosas buenas y, cuando late, escurre. Usted dice: «No quiero saber sobre eso. ¿Malos recuerdos? ¿Cosas del pasado que me lastiman? No quiero pensar en eso». Usted no necesita nada de lo malo que late en su corazón (que llega por medio de los ojos, de los oídos, de los recuerdos), todo eso va al basurero. Imagínese si tuviera ese tipo de corazón, su vida sería más liviana; una casa limpia, aireada, con todo en su lugar. Cuando entra, respira y siente paz, solo con entrar a esa casa. Así será su estado emocional. Sucederán cosas malas, pero usted aprendió a arrojar al mar del olvido todo lo que no le sirve.

Si usted ha sufrido con un corazón acumulador y busca en Dios esta promesa de un nuevo corazón, Él se lo dará y usted se volverá una nueva criatura, dejando todo atrás y mirando hacia delante, libre para volar y construir una nueva vida, como un águila. Experiméntelo y nunca querrá volver atrás.