Recientemente, alguien dijo lo siguiente: «Para mí no hay solución». Y explicó el motivo de por qué desistió de un proyecto. Era algo que hacía por mucho tiempo y no salió de la manera que esperaba. Hay proyectos que tenemos que dejar de lado para buscar algo más grande y mejor. Pero hay ciertas cosas en la vida de las que no podemos desistir.

No puede desistir de sí mismo, por ejemplo. No puede desistir de hacer el bien, de hacer lo correcto. Cuando observamos el mundo en el que las personas viven practicando el mal, la injusticia y parecen tener éxito por un tiempo, y los que hacen el bien siempre son despreciados, dejados de lado, las ganas de dejar de hacer el bien son muy grandes. Yo creo que cualquier persona que hace el bien, en medio de un mundo que hace el mal, ya se preguntó: «¿De qué sirve?». Pero la Biblia nos da un spoiler de cómo todo termina.

Entienda que no hay vida sin problemas. Aún en una isla paradisíaca, lejos de todo y todos. Le garantizo que en dos días estará aburrido, porque la vida está hecha de luchas. Puede vivir su vida correctamente, pero, aun así, usted está en un mundo torcido. Las personas están torcidas, viven una vida torcida y torturan a los que quieren vivir una vida recta.

Por eso, usted necesita perseverar hasta el fin, combatiendo el buen combate. Solo no debe desistir, porque así vencerá. Resista al diablo. Esta característica de la perseverancia, de respirar hondo y recuperar las fuerzas, es algo imprescindible. Siga adelante.

La Biblia dice: «¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y Su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas», Isaías 40:28-29.

Por lo tanto, si usted quiere fuerza, tiene que buscar la fuente de la fuerza, que es Dios. ¿Vio cuando tiene ganas de tirar todo por la borda? Aunque las ganas vengan, no lo haga. Renuévese en Él, que la fuerza viene. Y, en el final, venceremos, la victoria es nuestra y no hay nada que el mal pueda hacer al respecto. Porque nuestro juez es incorruptible, no se lo puede sobornar ni dar propina. Él ya determinó cómo será el final. Todo lo que debemos hacer es encajar en Su Palabra. Si estamos bajo Su Palabra, en el final, venceremos. Vea el mensaje completo.