En la Biblia, el velo tiene un significado muy importante para todos nosotros. Y hay quienes intentan poner este velo nuevamente en su rostro, entre usted y Dios. Usted sabe que el velo sirve para separar u ocultar. Y hay pasajes en la Biblia que se refieren a esto.

Cuando Moisés hablaba con Dios, en el monte Sinaí, hubo una ocasión en la que su rostro brillaba. La presencia de Dios hacía que su piel resplandeciera, y las personas lo veían. Para que las personas estuvieran un poco más cómodas (porque temían estar en contacto directo con Dios, al no sentirse preparadas para eso), pidieron que se pusiera un velo en el rostro (Éxodo 34).

Esto simbolizó, a lo largo del Antiguo Testamento, la separación entre Dios y el ser humano. Incluso, en el Tabernáculo y luego en el Templo, había un velo que separaba la primera «sala» de la segunda «sala». Solo el sumo sacerdote entraba al Santo de los Santos, una vez al año.

Cuando el Señor Jesús dijo en la cruz que todo estaba consumado, el velo que estaba en el Templo reconstruido por Herodes se rasgó de arriba abajo (fue Dios quien rasgó el velo de manera sobrenatural, exponiendo el Santo de los Santos, dándoles libre acceso a las personas a Dios).

Hoy en día, las personas tienen libertad para acceder a la presencia de Dios. Usted no necesita decir: «Pastor, ore por mí». Él puede orar, pero usted no debe depender espiritualmente de nadie. No elimine lo que Jesús hizo en la cruz por usted.

Cuando habla con Dios en el nombre de Jesús, tiene acceso a Él. Y lo que no faltan hoy son personas que se dan el título de «pastores» y que dicen que orarán por usted.
Lo que quiere esa persona son seguidores en las redes sociales. Hay «pastores» que quieren ponerse entre la persona y el Altar, la Biblia, la oración. Quieren poner el velo en su rostro nuevamente, separándolo de Dios. Pero el Señor Jesús ya rasgó ese velo.

El verdadero hombre de Dios le enseña a conectarse con el Altísimo. Y lo hace independiente espiritualmente. Por este motivo, hablamos tanto del Espíritu Santo, que es Dios, porque Él se convierte en su guía. El verdadero pastor y obispo de su alma es el Señor Jesús. No permita que el velo que fue rasgado sea puesto nuevamente en su rostro y lo separe de Dios.

Vea el mensaje completo en el siguiente video.