Reis 6.ª Temp. Episodio 1: EL TIEMPO ENTRE LA PROMESA Y LA CONQUISTA
Me gustaría extraer algunas lecciones del 1.° episodio de la 6.ª temporada de Reis, que salió al aire anoche por Univer Vídeo y por Record TV. La 6.ª temporada comienza a partir del capítulo 2, de 2 Samuel.
¿Entendemos lo que sucedió con David luego de la muerte del rey Saúl? David ya había sido ungido rey antes de vencer a Goliat, cuando era muy joven. Dios lo ungió, pero no lo instituyó inmediatamente. David debió servir a Saúl durante un tiempo. Ambos tuvieron un período de «luna de miel» (período en el que a Saúl le agradaba mucho David), pero, después de la gran victoria contra Goliat (recuerde que las mujeres cantaron para celebrar la victoria), el corazón del rey Saúl comenzó a sentir envidia y a sentirse inseguro con respecto a David: «Ahora él tomará mi lugar».
Entonces Saúl comenzó a perseguir a David, que pasó muchos años huyendo por las cavernas y desiertos de Israel hasta que, finalmente, después de varios años, Saúl murió, se suicidó en una batalla lanzándose sobre su espada. David quedó muy triste por la muerte de Saúl y de Jonatán, su mejor amigo. Él debía tomar el trono de Israel en su lugar, pero no lo haría por la fuerza. ¿Qué sucedió? El comienzo del capítulo 2 dice que David Le consultó al Señor. Dios le indicó que subiera hasta Hebrón, una cuidad de Judá. Allí, David fue ungido rey nuevamente, pero sobre la casa de Judá, que era una de las 12 tribus de Israel. De esta manera, David fue reconocido solo por una tribu.
Mientras tanto, el general de Saúl, llamado Abner, tomó a Is-boset y lo instituyó rey sobre las demás 11 tribus. David también quedó en Hebrón, reinando por siete años y medio.
¿Qué lección podemos sacar de lo que sucedió en la vida de David? Podemos ver que una cosa es recibir una promesa de Dios y otra cosa es tomar posesión de ella. David tenía el derecho absoluto de gobernar Israel por mandato Divino, pero las personas no lo acepaban como rey. A pesar de que David fue un hombre temeroso de Dios, nada le fue facilitado en su vida. Dios no le «despejó el camino». David se lamentó, penó, perseveró, esperando y
confiando en la promesa de Dios. «Si Dios me designó rey y quiere que lo sea, no sé cómo, pero lo hará.» Esa es la confianza de los verdaderos siervos de Dios.
Por otro lado, los falsos siervos siempre quieren «ayudar» a Dios. Abner, en cambio, no buscó saber cuál era la voluntad de Dios, simplemente actuó en base a la tradición: Cuando un rey muere, su hijo es el que reina. El que desea conocer la voluntad de Dios, la posiciona como soberana sin preocuparse por el mundo ni por las tradiciones.
¿Y usted? ¿Qué hace cuando le hacen una promesa y no se cumple? ¿Desiste, duda de esa promesa, trata de hacer las cosas a su manera o hace como David?
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