RECADO DE JESÚS PARA LOS CASOS PERDIDOS
Entiende por qué Jesús decidió hospedarse en la casa de Zaqueo. De la misma manera que Él vino para salvar a los perdidos, Él habla hoy contigo
Jesús decidió visitar la casa de Zaqueo, un hombre improbable a los ojos de la sociedad. El propio Cristo se invitó: “… Hoy debo quedarme en tu casa”. (Lucas 19:5). Esa actitud revela el corazón de Jesús — Él busca a quienes se sienten perdidos, rechazados y olvidados.
Quién era Zaqueo y por qué Jesús lo eligió
El Evangelio de Lucas (19:1-2) presenta a Zaqueo como jefe de los publicanos, un cobrador de impuestos rico y mal visto. En aquella época, los publicanos eran judíos contratados por Roma para recaudar impuestos del propio pueblo. Muchos se aprovechaban de esa función para cobrar más de lo debido y enriquecerse de manera deshonesta. Por eso, la sociedad los consideraba traidores y pecadores — colocándolos en la misma categoría que ladrones y prostitutas.
Aun así, Jesús no se alejaba de ellos. Por el contrario, buscaba a los rechazados. Entre Sus discípulos estaba Mateo, también publicano. Esto demuestra que Él no mira la apariencia ni la reputación, sino el corazón arrepentido.
La curiosidad y el deseo de cambio de Zaqueo
A pesar de su riqueza, Zaqueo sentía un vacío interior. Cuando supo que Jesús pasaría por Jericó, corrió y se subió a un árbol para verlo (Lucas 19:3-4). La Biblia describe ese gesto simple pero lleno de significado. Zaqueo era bajo y, para vencer a la multitud, debió subir — un acto que simboliza su deseo de acercarse a algo más grande que él mismo.
La curiosidad de Zaqueo revelaba un deseo reprimido de vivir correctamente. Quería cambiar, pero creía que ya era demasiado tarde. Aun así, Jesús vio en él un corazón dispuesto a escuchar.
Jesús ve lo invisible
Cuando Jesús pasó, miró hacia arriba y lo llamó por su nombre: “Zaqueo, date prisa y desciende, porque hoy debo quedarme en tu casa”. (Lucas 19:5). Aquella invitación cambió todo. El hombre que todos despreciaban recibió al propio Hijo de Dios en su hogar.
Mientras la multitud murmuraba, Zaqueo mostró arrepentimiento. Dijo: “… Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado”. (Lucas 19:8). Entonces Jesús declaró: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa.” (Lucas 19:9). “Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa.”
Una lección de fe y arrepentimiento
Zaqueo comprendió que su astucia y su riqueza nunca lo llenarían. Creía que solo dependía de sí mismo, pero Jesús le mostró que la verdadera fuerza proviene de Dios. Ese es el mensaje del Evangelio: Jesús busca a aquellos que se consideran “casos perdidos”. Él vino “a buscar y salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:10).
Jesús todavía busca a los Zaqueos de hoy
Tal vez te identifiques con Zaqueo — alguien que alguna vez conoció la fe, pero se apartó. Tal vez la vida te haya endurecido y hayas empezado a confiar más en tu propia astucia que en Dios. Aun así, Jesús sigue llamándote por tu nombre.
A Él no le importa lo que los demás digan ni tu pasado. Lo que importa es tu decisión ahora. Escuchar este mensaje es como subir a aquel “árbol” — como hizo Zaqueo — es dar una señal de fe. Y cuando demuestras ese deseo de encontrarlo, Jesús se acerca y transforma tu vida.
Mira el video, abre la puerta de tu corazón, recibe a Jesús en tu “casa” y deja que Él renueve tu alma y haga de ti una nueva criatura. Y si este video te ayudó, compártelo para ayudar a más personas.
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