thumb do blog Renato Cardoso
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QUISIERA QUE TODOS LOS JÓVENES TUVIERAN ESTA OPORTUNIDAD

Tú no necesitas ser igual a todo el mundo. El mundo quiere que creas que no es suficiente, para después dictar las normas que debes seguir. Pero en el Reino de Dios no es así: tú eres único, auténtico y encuentras tu verdadero propósito en la vida

Me gustaría que todos los jóvenes tuvieran la oportunidad que yo tuve: conocer la verdad. La mayoría de las personas vive buscándola, pero terminan lastimándose en el camino, tomando decisiones equivocadas y alejándose cada vez más de lo que realmente importa.

En mi juventud, tuve acceso a la Palabra de Dios — y eso lo cambió todo. La verdad libera. Nos muestra que no necesitamos seguir estándares, modas ni expectativas impuestas por la sociedad. Mientras el mundo nos presiona para que seamos iguales, Dios nos llama a ser únicos.

Ser diferente es un privilegio

Cuando conoces la verdad, entiendes tu valor. Te das cuenta de que ser diferente no es un problema, sino un privilegio. Eso fue lo que me pasó a mí: mientras otras chicas de mi edad seguían la corriente, yo elegí seguir la dirección de Dios. Me sentía diferente, sí, pero nunca inferior. Al contrario — me sentía privilegiada por saber quién era en realidad.

Verdad que libera

La verdad de Dios nos libera de las comparaciones, de la presión social y del vacío interior. Nos revela el propósito de nuestra existencia. Cuando descubres quién eres a los ojos de Dios, todos los conflictos internos pierden fuerza. Dejas de buscar aprobación en lo externo, porque lo que llevas dentro es suficiente.

El mundo intenta convencer a los jóvenes de que no son lo suficientemente buenos. Dice que necesitamos cierto estilo, apariencia o comportamiento para ser aceptados. Pero Dios nos muestra que somos únicos y valiosos tal como somos. Él nos da identidad, dirección y propósito.

Descubre tu propósito desde joven

Conocer esta verdad desde temprano es un privilegio. Mientras muchos andan a tientas en la oscuridad, buscando sentido en fiestas, relaciones vacías o placeres momentáneos, quien encuentra a Dios también encuentra claridad. Dejas de perder el tiempo con lo que no llena y comienzas a invertir tu energía en lo que realmente importa.

Un joven dio su testimonio: vivía de fiesta todos los días de la semana. Buscaba diversión, compañía, sentido. Pero todo eso era reflejo de un vacío interior. Porque quien busca tanto, es porque no tiene. Y cuando encuentras a Dios, entiendes que no necesitas mucho para ser feliz — lo simple ya lo es todo.

Dios es suficiente

El Espíritu de Dios nos satisface. Él nos completa. Él nos muestra que nuestro propósito está en Él.
Y cuando eso sucede, termina la búsqueda incesante de algo afuera.

Mira este mensaje completo en el siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso