thumb do blog Renato Cardoso
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¿Qué quieren ellas realmente?

¿Qué quieren las mujeres? Más que flores, cruceros románticos y tarjetas de crédito, en pocas palabras: ser valoradas y amadas. Así definió la Palabra de Dios la principal responsabilidad del marido hacia su esposa:

“Marido, ame a su esposa, así como Cristo amó a la Iglesia y dio Su vida por ella.”
(Efesios 5:25)

El amor de Cristo por la Iglesia es usado como modelo a ser seguido. Nuestro modelo de amor hacia nuestra esposa no debe venir de películas, libros, padres, parientes o amigos. Nuestro referente es el amor de Jesús por nosotros. Un amor marcado por entrega de sí mismo, sacrificio, cuidado y renuncia – no por emoción.

Cuando el hombre se casa, él se torna responsable por todo lo que sucede con su mujer, y por cuidar de ella. Amar es mucho más una actitud que simplemente sentir. El verdadero amor no está basado en sentimiento sino en el cuidado que el marido debe a la esposa por el compromiso que asumió con ella.

En la práctica la esposa se siente valorada y amada especialmente cuando el marido le ofrece seguridad. No solo la seguridad física o económica sino seguridad en todos los sentidos. Cuando él es fiel por ejemplo. Ella necesita saber que el marido, al salir hacia el trabajo o hacia cualquier lugar, se mantendrá fiel a ella. Si él empieza a flirtear con otras mujeres, quizá por ser muy extrovertido, le pasa inseguridad a su esposa. Si ese modo de ser juguetón genera amistades inapropiadas tal vez deberá ser cambiado (los celos de las mujeres a veces son consecuencia de la falta de seguridad que el marido le transmite).

Si él es irresponsable, inmaduro, vicioso, indefinido, tiene un temperamento fuerte o gasta con facilidad, genera inseguridad también. Él quiere que la esposa confíe pero no transmite seguridad con su comportamiento. El hombre que habla fuerte, grita, golpea la puerta, se altera, etc., puede pensar que se está mostrando muy seguro, sin embargo es lo contrario. Si él no demuestra control de sí mismo, ¿qué decir del resto de la familia de la situación? Muéstreme un marido “enojón”, que vive lleno de rabia, y yo le mostraré a una mujer insegura, desvalorizada y mal amada.

El hombre debe ser equilibrado, seguro en todos los sentidos. Para proteger y cuidar a su esposa él tiene que ser fuerte de la manera correcta. No puede ser indefinido. Un momento quiere una cosa y al otro quiere otra. Si él es inmaduro, irresponsable y no demuestra liderazgo firme, puede estar seguro; ella va a terminar tomando la delantera, para su propia supervivencia…Hombres, ¡despierten!

 

Extraído del libro Matrimonio Blindado – su matrimonio a prueba de divorcio
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