Antes de cualquier cosa, déjame llamar tu atención sobre algo decisivo: entre todo lo que posees —bienes, recuerdos, conocimientos, amistades— existe un patrimonio que debe ser protegido por encima de todos los demás: tu mente, aquello que Proverbios llama “corazón”.

Vivimos en la era de la información, y justamente por eso proteger la mente se ha convertido en uno de los mayores desafíos. De todo lo que debes guardar, la mente debe ser lo primero, porque de allí nacen las fuentes de la vida.

El consejo que lo cambia todo

En el libro de Proverbios, en el capítulo 4, a partir del versículo 20, Dios habla como un Padre:

“… presta atención a mis palabras […] que no se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón”.

En otras palabras, Él nos llama a pensar, reflexionar, razonar. Y muestra que Su Palabra debe ser la primera información del día. No las noticias, no las redes sociales, no las notificaciones del celular, sino la Biblia. Comienza el día poniendo la Palabra de Dios delante de tus ojos. Cuando la Biblia es tu foco, tienes dirección, claridad y fuerza para enfrentar cualquier batalla.

Yo aprendí esto, lo practico y lo enseño, porque funciona. Quien lo hace, vuelve diciendo: “cambió mi vida”.

Por qué guardar la mente

En Proverbios, “corazón” muchas veces significa mente, el centro de la inteligencia humana. Por eso está escrito:

“Con toda diligencia guarda tu corazón…”. Proverbios 4:23

Vivimos rodeados de voces —músicas, noticias, publicidades— que influyen en nuestros pensamientos incluso cuando no nos damos cuenta. Por eso tantas personas pierden paz, salud, fe e incluso el matrimonio, simplemente porque dejaron entrar en la mente lo que no sirve.

El cuidado que falta

Cierras tu auto, proteges tu casa, pagas seguros. Pero muchos no protegen lo que más importa. Hay palabras que quedan para siempre, pensamientos que enferman, ideas que paralizan.

La Biblia dice que Sus palabras son vida y salud, mientras que las palabras del mal son muerte. Guardar la mente es una cuestión de supervivencia espiritual.

El Ayuno de Daniel: una desintoxicación necesaria

Por eso, a partir del 10 de diciembre, iniciaremos los últimos 21 días del año con el Ayuno de Daniel —un ayuno de información inútil.

No se trata de comida, sino de dejar de consumir lo que no edifica espiritualmente y enfocarse en lo que nos fortalece: la Palabra de Dios.

Si quieres saber cómo hacerlo, accede a: jejumdedaniel.com

El desafío

Por eso, te desafío a participar en el Ayuno de Daniel: 21 días de desintoxicación mental y espiritual para que este fin de año no sea solo un cambio de calendario, sino un verdadero cambio de mente.

Yo voy a hacer este propósito, y tú eres mi invitado —no importa tu religión. Esto es autocuidado.

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