thumb do blog Renato Cardoso
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PROMETA QUE NO VOLVERÁ A HACER ESTO A PARTIR DE AHORA

El ser humano es la única criatura con la capacidad de hablar, de formular ideas, opiniones y de comunicarse con palabras. ¿Por qué solo el ser humano tiene esa capacidad? La Palabra de Dios nos trae esa respuesta: porque solo el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto, Dios, que es palabra, el verbo, puso en nosotros un poco de Él: el poder de hablar, de pensar y de razonar. Lamentablemente, la mayoría de las personas subestima el poder de sus palabras. Jesús dijo: “Mas Yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.” (Mateo 12:36)

¿Sabe lo que significa la palabra ociosa? Es la que no tiene razón de ser, no tiene utilidad, cuando decimos tonterías, expresamos una frustración, un sentimiento, decimos algo sin pensar. E incluso nuestras palabras ociosas son registradas por Él. Las palabras son pruebas, testigos de acusación o de defensa. Jesús dijo: “Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.” (Mateo 12:37). Estoy produciendo palabras ahora, a favor o en contra, las propias palabras que escribo. Yo, como predicador de la Palabra de Dios, tengo mucho más testigos contra mí. El que trabaja con la Palabra de Dios estará debajo de mucho rigor y juicio. Dios también es riguroso con los predicadores de la Palabra, porque se espera más de ellos que de otras personas.

Usted tiene que cuidar lo que sale de su boca, las palabras y los pensamientos. Porque, desde el pensamiento, usted tiene que vigilar qué palabras combinan y lo que expresan. Esas palabras, Jesús dijo, eventualmente desbordarán por la boca. Lo que piensa, cree; y lo que permite entrar por las informaciones que escucha en algún momento saldrán por su boca. Usted tiene que vigilar. Si dice que algo es imposible, que no tiene más solución, eso será algo real en su vida, porque ya lo aceptó. ¿Usted comprende el poder de la palabra? ¿Vigilaremos nuestras palabras? ¿Qué le parece llenar su corazón de temor y que, a partir de hoy, nunca más hable tonterías? ¿Qué le parece tomar esa decisión? Yo nunca más usaré mi boca contra mí mismo. Si no me ayuda o si no es para ayudar a alguien, preferiré el silencio.