thumb do blog Renato Cardoso
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¿POR QUÉ QUIERE CAMBIAR Y NO LO LOGRA?

En el capítulo del 1 de noviembre, de la serie Reis (Reyes), hubo un momento muy interesante del personaje Zeruia, quien sufrió un abuso en su infancia y, en la adultes, se entregó a varios hombres, como consecuencia de su pasado. Sin embargo, el personaje intenta cambiar, cuando ya es adulta y madre.

En una escena ella dijo: «A veces siento que la vieja Zeruia quiere volver». Es exactamente así como muchos de los que intentan cambiar, solo con su fuerza de voluntad, se sienten. Recuerdo que pasé por esto en mi etapa de conversión. Cuando escuché la Palabra de Dios y esta me convenció de mi pecado, de mi manera equivocada de vivir, me dije a mí mismo: «Cambiaré, no seré más de esta manera». Eso duraba dos o tres días, después, volvía a la práctica de las obras antiguas y me sentía pésimo, porque no lograba cambiar. Incluso, Le llegaba a pedir a Dios que me quitara ese deseo de pecar. Solo que Dios no quita el deseo de pecar, sino que nos da dominio propio (el poder de dominar nuestra voluntad).

Entonces, el cambio interior solo sucede cuando la persona permite que Dios entre en su interior y transforme su vida. Esto es una obra que se llama regeneración, una renovación en el Espíritu Santo. «Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y Su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por Su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo…», Tito 3:3-5.

Esto es lo que debe sucederle a usted que está entre su vieja y su nueva criatura. Usted que intenta ser una persona diferente y se ve, cada cierto tiempo, haciendo lo mismo de siempre. Por ejemplo: «Perdonaré a esa persona», y, después de un tiempo, nuevamente está hablando mal de ella o deseándole el mal. Entonces, se da cuenta de que en realidad no la perdonó. Esto sucede porque intenta cambiar con la fuerza de su brazo, con las obras de su carne.

¿Qué debe hacer? Debe entender que solo Dios puede transformar el interior de una persona. «Entonces, ¿por qué no lo cambia?» Porque no depende de Él, sino de que usted Le entregue la vieja persona que ha sido y Le diga: «Dios mío, no quiero nada más con esta persona, quiero morir para la vieja criatura y entregarme totalmente a Ti, para que Tú guíes mi vida a partir de ahora. Quiero vivir para obedecer Tu voz, seguir Tus consejos y hacer Tu voluntad, no la mía». ¿Acepta hacer esto? Tome la decisión de entregarle a Él toda su vida. Vea el video y escuche el mensaje.