El Espíritu Santo me ha mostrado la necesidad de darle valor a la lo que realmente importa en la vida. ¿Qué es lo que, de hecho, importa en su vida? ¿Qué hará la diferencia durante toda su vida y en la eternidad?

Lo que importa es su Salvación en primer lugar, su Fe. Es su Fe la que lo lleva a la Salvación y, mientras tanto, a las personas que pueda salvar. Esto es lo que realmente importa. La vida pasa, todo pasa.

Los conocimientos pasarán, las personas pasarán en nuestras vidas. Hay familiares que ya murieron, amigos que hoy ya no están, porque se fueron a otros lugares. El pastor pasa, el obispo viene, el obispo se va, viene otro en su lugar. Todo pasará, su cuerpo envejecerá y el amor pasa. Usted incluso puede decir: ¿Cómo que el amor pasará?, ¿no es eterno? Yo les digo que el amor de Dios es eterno: Jesús dijo: “… mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento”, Lucas 20:35 Esa historia romántica de que usted se va al cielo y revé al amor de su vida ¡se terminó! Será mucho mejor de lo que imagina.

La Palabra de Dios muestra lo que nos aguarda. Ojos no vieron ni oídos oyeron lo que Dios nos ha preparado. Será mucho mejor de lo que imaginamos.

El amor pasa, el marido pasa, el padre pasa, la madre pasa, todo pasa.

El dinero, el trabajo, la función, todo pasará, todo se terminará. Pero ¿por qué las personas caen en la Fe, abandonan la Fe, la Obra?

Si ustedes le prestan atención a cada caso, observan cada caso en particular, ya sea de un obrero, una obrera, un pastor, un exobispo, expastor, verá que ellos priorizaron otras cosas. Por eso, muchos no permanecen en la Fe y en la Obra, porque valoran lo que no deberían valorar. Todo lo que usted valora más que su Salvación y que la Salvación de los demás será el motivo de su caída.

Esto es lo que he visto en estos años de Obra. Su familia será su caída. Su posición, los títulos que posee, todo lo que usted valore más que su Salvación es lo que el diablo usará para derribarlo. Entonces, ¿cuál es la solución? ¿Cuál es el antídoto?

Es muy simple: no le dé importancia, todo pasará, esto es seguro. Pero lo que usted tiene que guardar es la Fe, su Salvación y la de las demás personas.