POCOS ESCUCHAN DE VERDAD
Decida escuchar con atención lo que necesita escuchar, no solo lo que les agrada a sus oídos
Muchas personas creen que escuchan a los demás, pero, en realidad, solo se escuchan a sí mismas — sus creencias, sus pensamientos y la voz interior que resuena a lo largo del día. Este ruido interno perjudica no solo las relaciones y la comunicación, sino también la propia vida.
Escuchar lo que queremos vs. Escuchar lo que necesitamos
En el Evangelio de Juan, capítulo 5, vemos un claro ejemplo de esto. Jesús fue al estanque de Betesda, donde muchos enfermos esperaban un milagro. Entre ellos, un hombre que llevaba 38 años paralítico. Jesús le hizo una pregunta directa:
«… ¿Quieres ser sano?» — Juan 5:6
La respuesta lógica sería un rotundo “sí”. Pero mire lo que respondió:
«… Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada…» — Juan 5:7
Jesús le preguntó si quería ser curado, pero el hombre Le respondió con una justificación. No escuchó la pregunta — solo repitió lo que ya estaba grabado en su mente: nadie me ayuda, no puedo hacerlo, soy una víctima.
Cuando el ruido interno nos impide escuchar
Esto también sucede con nosotros. Cuando vivimos con un problema durante años, creamos diálogos internos que alimentan el problema. Repetimos mentalmente las mismas quejas y argumentos, y esto moldea nuestra escucha.
Recuerdo los difíciles primeros años de mi matrimonio. No peleaba, implosionaba. En mi mente, yo discutía con Cristiane y siempre «vencía» los enfrentamientos. Cuando ella realmente decía algo, yo ya tenía una respuesta preparada — pero estaba basada en lo que imaginaba que ella diría, no en lo que realmente decía. Escuchaba su versión en mi mente, no la real.
Esto sucede en los matrimonios, en el trabajo e incluso en la iglesia. ¿Cuántas personas escuchan una prédica entera y al final no recuerdan nada? Porque estaban distraídas, esperando escuchar algo específico, y no lo que necesitaban escuchar.
Distracciones que empeoran el problema
Hoy en día, con los celulares siempre a la mano, la atención está aún más dividida. Las personas hablan mientras miran las pantallas. ¿Cómo se puede realmente escuchar así? Es fundamental, al mantener una conversación, dejar el celular de lado y estar presente — escuchar con verdadera atención ya es bastante difícil sin distracciones.
¿Escucha a Dios — o solo lo que quiere escuchar?
Dios dijo en Su Palabra: «¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no sacia? Escuchadme atentamente…». — Isaías 55:2
La decisión es suya:
Todos quieren ser escuchados por Dios. Pocos quieren escuchar a Dios. Muchos piden, oran, reclaman, pero no escuchan — y aún menos obedecen.
Quien escucha atentamente y practica verá su vida cambiar. Aquellos que eligen solo lo que les agrada quedan frustrados, rodeados de voces internas y externas que solo refuerzan la confusión.
La decisión es suya: ¿quiere escuchar lo que le agrada o lo que lo transforma?
Vea el mensaje completo en el siguiente video.
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