¿Le gustaría dejar de desperdiciar energía para poder enfocarse en lo que realmente es importante para cambiar su vida? Le daré un consejo muy importante: deje de mirar la vida de los demás.

Sí, todos nosotros hacemos eso. No diga que usted no lo hace; no diga que no se preocupa en darle por lo menos un vistazo a la vida de los demás.

Lo que podemos hacer es minimizar eso y entender que es una cosa que sucede cada vez más en el mundo, porque hoy estamos en el mundo de las redes sociales. El mundo de la comunicación en masa, el mundo de la variedad de medios de comunicación, en el cual tenemos ventanas infinitas hacia la vida de los demás.

Las personas exhiben sus vidas en las redes sociales para que las otras las vean. Y las redes sociales solo existen porque el ser humano quiere conocer la vida de los demás. Esa es la realidad.

Antes de internet, solo podíamos espiar la vida del vecino y de otras pocas personas. Siempre estaba aquella chismosa o aquel chismoso que se quedaba en la ventana viendo a todo el mundo pasar, viendo la vida de los demás y comentando, propagando todo lo que veía, ¿no es así?

Así es, aquella chismosa o aquel chismoso del barrio hoy tiene una voz para millones de personas en internet. Imagínese mil millones de chismosos. Es lo que está sucediendo hoy en el mundo. Todo el mundo está mirando la vida de los demás y se está olvidando de su propia vida.

Las redes sociales influyen en las opiniones de las personas. ¿Por qué hay un clamor de parte de algunos para controlar las redes sociales? Porque son influyentes. Las personas que tienen voz terminan influenciando a quienes escuchan sus voces, y eso preocupa a muchos.

Porque los oídos de las personas son entusiastas, su curiosidad es grande, así como el deseo de controlar la vida de los demás y estar involucrado en medio de la acción. A causa de eso, se gasta mucha energía, se desperdicia mucho esfuerzo.

Si se dieran cuenta de todo lo que están perdiendo, en términos de energía, de esfuerzo, de atención, de enfoque, mientras miran la vida de los demás, tendrían una vida mucho mejor. Porque, si enfocaran 10 % de esa energía en sí mismas, dejarían ese comportamiento de una vez por todas.

Observe lo que le dijo el propio Dios a Su siervo Josué, cuando tenía una tarea inmensa por delante para tomar la Tierra Prometida.

Él dijo así: «Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la ley que Moisés Mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas», Josué 1:7.

Es decir, no se desvíe ni a la izquierda ni a la derecha, no mire hacia los lados, enfóquese; su enfoque debe ser seguir hacia delante.

Y Él reforzó diciendo: «Este libro de la ley no se apartará de tu boca…», Josué 1:8.

En otras palabras, los ojos de Josué debían estar en la Palabra de Dios y su boca no debía decir tonterías, al contrario, debía hablar sobre la Palabra de Dios.

«… sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.» Josué 1:8

¿Usted quiere ser exitoso? Entonces, deje de mirar la vida de los demás.

Vea el video y escuche el mensaje para aprender más.