Cuando Jesús estuvo aquí, en carne y hueso, solía juntarse con personas consideradas escorias, pecadoras, con las que eran despreciadas.

Por eso, Él era muy criticado por los líderes religiosos, que no entendían nada e incluso Lo cuestionaban: «¿Cómo puede sentarse a la mesa con estas personas, con prostitutas, ladrones, personas con mala reputación en la sociedad?».

Ellos no entendían el proyecto de Dios, no entendían lo que Dios vino a hacer a este mundo, pero el propio Señor Jesús se los explicó:

«Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.» Lucas 5:30-32

Observe, Jesús no se juntaba con esas personas para hacer lo mismo que ellas, ni para dejar que siguieran viviendo igual, al contrario, Él lo hacía para llamarlas al arrepentimiento.

Por eso, si usted piensa que no tiene más solución, porque lo que hace o hizo son cosas terribles, y no sabe cómo salir de la situación en la que se encuentra, sepa que Dios lo entiende y lo llama al arrepentimiento.

Vea este mensaje completo y aprenda cómo cambiar el rumbo de su vida para encontrar la paz que tanto busca.