NO TE METAS EN MI VIDA. CUANDO TE NECESITE, TE LLAMO
El problema más serio del ser humano no es económico, el Gobierno, las llamadas «injusticia social» o las guerras. En realidad, todos los problemas que podamos nombrar que afectan al ser humano derivan de un único problema principal: rechazar a Dios, abandonarlo.
Hay quienes Le dicen: «Por favor, no Te metas en mi vida. Cuando Te necesite, Te llamo». Este es el gran problema, es el mayor y principal, la madre de todos los demás problemas del ser humano. Y, por desgracia, es exactamente así que muchas personas viven en este mundo.
Suena duro, ¿verdad? Así es, imagine cómo Dios recibe esa actitud del ser humano. Si suena mal a nuestros oídos, imagínese en el corazón de Dios. Las personas no se dan cuenta de que lo que enfrentan en sus vidas, los «malabares» de la vida que tienen que hacer para intentar sobrevivir (en esta selva del mercado de trabajo, por ejemplo), para poner el pan en la mesa, hace que sufran, porque rechazan el consejo, el Gobierno, el Reino de Dios. El Señor Jesús dijo que primero busquemos el Reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas serían añadidas, Mateo 6:33. De esta manera, las personas deberían preocuparse por tener un rey perfecto (y no humano) que las gobierne. No hay ningún gobernante humano en este mundo, en toda la historia de la humanidad, que haya sido o sea perfecto. ¿Por qué? Porque el hombre rechazó el perfecto Gobierno, que es el de Dios.
Además, generalmente, las personas se enfocan en la segunda parte de este versículo: «todas las demás cosas serán añadidas», porque piensan: «¡Qué maravilla! Dios me dará todo lo que necesito». Sin embargo, se olvidan de que la segunda parte del versículo es condicional a la primera. Solo serán añadidas si usted primero busca el Reino de Dios y hace de Él el rey de su vida, es decir, Lo obedece. Y obedecer no es solo en las cosas que nos agrada, sino también en las cosas que no nos agradan (porque, aquí está la mayor prueba de nuestra fe, de nuestra obediencia). Es por este motivo que usted sufre.
Si quiere cambiar ese sufrimiento en su vida, debe hacer de Dios su gobernante. Deje de guiarse por la boca de otras personas, por las ideologías de este mundo. Usted debe elegir la voz de Dios como guía y ponerla en práctica. Haga de Él la única voz en su vida. Cuando lo haga, su destino cambiará. No cambiará por arte de magia (porque usted ha sembrado semillas malas hace mucho tiempo). Pero, si comienza a sembrar ahora, en breve comenzará a cosechar sus buenos frutos. Vea el video y reflexione sobre lo hablado.
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