thumb do blog Renato Cardoso
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Necesidades y deseos

Para convertirse en un buen empleado, patrón, marido, esposa, cristiano, persona de negocios – cualquiera que sea su función – usted necesita como mínimo atender las necesidades de aquel a quien sirve. Si quiere ser excepcional, cúmplale los deseos.

Su patrón tiene expectativas acerca de usted. Espera que por lo menos atienda las necesidades del cargo que ocupa. Si lo contrató para vender los productos y servicios de la empresa, por ejemplo, espera que usted cumpla con sus metas, entre otras cosas. Es decir, usted tiene una lista de cosas que necesita hacer bien para que por lo menos no sea despedido.

Sin embargo, más allá de las necesidades, su patrón tiene deseos. Son cosas que no están en la lista de tareas, que quizás él no exija que usted haga, pero lo desea. Por ejemplo, intentar recuperar un cliente perdido por una falla de la empresa. No está escrito que usted tenga que visitar al cliente, oírlo, aprender con aquel reclamo, sugerir cambios en la empresa para evitar la misma falla, y ofrecerle al cliente ofendido algún tipo de compensación por el desagrado y un premio por dale una oportunidad más a la empresa. Pero estoy seguro de que si usted hace eso, su patrón quedará muy agradecido – e impresionado. Y usted será un empleado excepcional, del tipo que resiste a cualquier baja en la empresa.

Así es con todos aquellos a quien usted sirve. Su marido o esposa tienen sus necesidades. Si no quiere perder al compañero, lo mínimo que puede hacer es satisfacerlas. Pero, si quiere tener un óptimo matrimonio, vaya más allá de las necesidades. Exceda las expectativas. Cúmplale los deseos.

Es el otro de la moneda: solo tendrá lo que desea de su pareja, cuando le dé como mínimo lo que él o ella necesita de usted.

Las necesidades atendidas o no, son lo que separa a los satisfechos de los insatisfechos. Y los deseos realizados separan a los súper felices de ambos.
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