Un alumno cuenta que está casado hace seis años, pero está inseguro por el hecho de que la esposa se haya vuelto más independiente. Según él, ella siempre soñó ser independiente.

No hay nada de malo en que la esposa o el marido trabaje fuera de casa, nada de eso tiene que ser un problema necesariamente. La cuestión aquí es lo que ella quiere decir con independencia. A veces, esta palabra para algunas mujeres significa tener su propio dinero, no pedirle dinero al marido, hacer lo que quiere, pagar sus propias cuentas sin necesidad de dar explicaciones. Y esto es malo, tanto por parte de la mujer como por parte del hombre.

No es porque alguien trabaja y gana su dinero que no debe darle explicaciones a la pareja, que no debe comunicarle o que no debe preguntarle sobre determinadas decisiones que tomará. Por lo tanto, la independencia aquí no puede tener una connotación negativa del tipo: «No te necesito» y «No quiero darte más explicaciones», porque eso sí, sería malo.

Ahora, tener cierta independencia en el sentido de querer desarrollar tus talentos, la capacidad, de sentirte útil y contribuir en la organización familiar, para que ambos puedan crecer juntos y más rápido, este tipo de independencia, en realidad, no es independencia, es una ayuda, es la persona sentirse más útil en la relación. Esto es totalmente saludable.

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