Soy casada, tengo 24 años y mi esposo tiene 29. Tengo dos hijas pequeñas. Las ocupaciones son tantas y terminé engordando un poco y mi marido no está satisfecho. Él reclama, dice que yo tengo que adelgazar. Cuando voy a comer algo, él me lo quita, se fija si es saludable… Para mí es difícil ser esposa, madre, trabajar en la iglesia, ser empresaria y encima tener que adelgazar. Quiero agradar a mi marido, pero cuanto más él reclama, más termino engordando. ¡Y además tengo que cuidar mi casa! Es guerra… ¿Qué hago? – Natalia

Natalia, gracias a Dios que su marido se interesa tanto por usted. Podría ser muy diferente. Aprecie el cuidado de él. No se quede buscando justificaciones de por qué usted termina engordando. Cada excusa sirve como una razón para que usted continúe en el error. No acepte más las excusas. Haga lo que tiene que hacer, primeramente para Dios, pues su cuerpo es templo de Él, después para usted misma y luego para su marido. El hecho de que usted no esté haciendo eso ni siquiera por su marido muestra que Dios y usted misma están allá abajo en la lista de prioridades. Y su marido aún más abajo…

Me gustaría tener tiempo para responder todos los pedidos de orientación, pero no es posible. Publiqué este para ayudar a los otros, pero no siempre podré responder preguntas específicas. Sin embargo, cuando escribimos nuestros mensajes aquí, tenemos en cuenta los problemas que las personas enfrentan. Por lo tanto, tengo la seguridad de que si usted usa este blog como una herramienta de auto-enseñanza, encontrará respuestas a muchas de sus preguntas – como Natalia si hubiera leído este.