thumb do blog Renato Cardoso
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MADRE LLAMA A LA POLICÍA PARA QUE DETENGAN A SU HIJO: ENTIENDA ESTO ACERCA DE LA MUERTE

Una mujer de 47 años llamó a la policía para pedirles que lleven prisionero a su hijo de 28 años. La policía relató que el joven estaba siendo violento y agresivo, y que debió ser sedado para evitar que lastimara a su familia y a la misma policía. Curiosamente, según datos de la policía, en las últimas semanas aumentaron los casos policiales entre familiares en los que madres y abuelos solicitaban la prisión de jóvenes.

Es decir, padres que llaman a la policía para que detengan a sus hijos, abuelos que llaman para que apresen a sus nietos. ¿Qué le sucede a nuestra sociedad? ¿Qué es lo que hace que una madre o un padre que, sin dudas, ama a su hijo deba llegar a ese extremo de llamar a la policía para sacar a su hijo de la casa, para que lo lleven preso?

Ahora bien, ¿por qué estoy diciendo esto? Muchas personas no comprenden la siguiente Palabra:

«Porque la paga del pecado es muerte…», Romanos 6:23. Cuando hablamos de «muerte», las personas piensan en algo como el corazón detenido, la respiración cesante, y, de esta manera, el cuerpo debe ser enterrado. Pero la «muerte», desde el punto de vista espiritual, no es solo en este momento. También es cuando se comete una transgresión. De la misma manera que la madre o el padre no tienen otra opción más que la de sacar a su hijo de su casa, con Dios sucede lo mismo. El único recurso que tiene es quitar al pecador de Su lado. Esta no es solo una actitud de una madre que llama a la policía para que apresen a su hijo. Ningún ser humano desea estar cerca del que agrede, del irrespetuoso, del que causa problemas (puede ser madre, padre, hijo, quienquiera que fuera). ¿Tiene conocimientos de esto? ¿Cuántas veces escuchó decir: «A Fulano no quiero verlo ni muerto»? ¿Por qué lo dicen? Porque no desean estar cerca de esa persona.

«Muerte es separación». Esta «muerte» del versículo sucede mucho antes de que el corazón se detenga y de que la persona ya no respire. Son personas que viven constantemente en el error, indiferentes a la relación con Dios, viven en pecado. Esto es

«muerte». Cuando la Palabra dice esto, nos alerta de este gravísimo problema, que es la separación de Dios. Cada vez que una persona peca, se separa más de Dios. Entonces, cuando la persona deja esta vida, su alma recibirá la separación eterna de Dios, de acuerdo con la Biblia, es la «segunda muerte».

Si usted muere separado de Dios, no hay manera de unirse a Él después de la muerte. Porque, si en vida usted eligió vivir separado de Dios, en la muerte Él no lo forzará a vivir a Su lado por toda la eternidad.

Tal vez usted que me escucha sea una persona muerta, separada de Dios, a causa de sus pecados. Entonces, ¿cómo puede regresar a la casa de Dios? El versículo concluye: «… mas la dádiva de Dios es Vida Eterna en Cristo Jesús Señor nuestro», Romanos 6:23. El pecado tiene un precio y se paga con la muerte, la separación eterna de Dios. Pero el don gratuito es la vida eterna por el Señor Jesús.

Estamos en Semana Santa, y muchas personas no comprenden su mensaje. Pero, si usted entiende que el Señor Jesús hizo un trabajo de sustitución en la cruz, podrá llegar a Él. No era el Señor Jesús el que debía ser crucificado (era usted por el pago de sus pecados). Y, por ese amor incalculable, el Padre sustituyó al Señor Jesús por usted, para que pagara su pecado y usted fuera libre, y pudiera regresar a la Casa del Padre uniéndose a Él. Si comprende realmente esto, intentará vivir en obediencia a Él. Si Él pagó sus deudas, ¿por qué generaría más? El que cree en el Señor Jesús acepta este regalo e intenta vivir en obediencia, en la Casa del Padre. Si entiende esto, recibirá el perdón. Es gratuito por Su parte, pero de nuestra parte cuesta vivir en obediencia a Él hasta la hora de la muerte.

Vea el video y reflexione sobre el mensaje.