Tratándose de amor entre hombre y mujer, ya hablamos de lo que no tiene nada que ver con el amor de verdad (lea: Lo que el amor  NO es). Infelizmente, hemos visto que las personas han perdido la noción de lo que realmente es el amor, y por eso han sufrido mucho. Pero el verdadero amor no tiene culpa y tampoco se acabó. Él sigue existiendo, aun que sea despreciado, olvidado y pase desapercibido a las personas, así como un mendigo debajo de un viaducto cualquiera.

Entonces, ¿qué es el amor verdadero?

En una sola palabra: sacrificio.

Amar es sacrificarse en beneficio de quien es amado. Por lo tanto, no es un sentimiento, pero sí, una decisión marcada por la negación del propio yo. Para quien ama, querer el bien de la persona amada es más importante que cualquier interés personal. Por eso el verdadero amor es más que sólo sexo, regalos o declaraciones románticas.

¿Por qué este amor se ha hecho tan raro? ¿Por qué este concepto de amor es tan extraño para la mayoría de las personas?

Porque como aquel mendigo invisible para la sociedad, así ha sido Dios para ellas. La Biblia dice que Dios es amor. Pero si las personas no conocen a Dios, ¿cómo conocerán el verdadero amor? Si ellas viven como si Dios no existiera, tratándolo con tanta indiferencia, aun siendo Él perfecto, ¿cómo lograrán amar a una persona imperfecta – sea esta su novio, su prometida, marido o esposa?

Es una paradoja. Las personas huyen de aquello que más quieren. Y así, siguen vacías, ciegas, infelices y miserables.

Me hace pensar si no serán ellas mismas las verdaderas mendigas.