En la búsqueda de llenar el vacío interior, las personas tienden a querer comprar bienes materiales y servicios que prometen suplir la necesidad que tienen de sentirse realizadas. A veces, incluso, buscan esto en otras personas.

Esa insatisfacción se produce independientemente de lo que tengan, de su cantidad o calidad. Esa insatisfacción natural que está dentro de los seres humanos siempre los hará querer más, querer lo que el otro tiene y desvalorizar lo que tienen.

• Por este motivo, Dios, en los diez mandamientos, instituyó el siguiente: «No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo», Éxodo 20:17.
• Esta insatisfacción afecta a todas las personas, independientemente de su nacionalidad. Por eso, la publicidad se aprovecha de esto. Por ejemplo, en Filipinas, aprendí algo que lo compartiré con usted.

Si desea descubrir cómo ponerle un fin a esa insatisfacción, escuche el mensaje y entienda qué es necesario para ser completamente feliz.