Innumerables veces, la Palabra de Dios nos alerta a no ser prisioneros del resentimiento, que es un sentimiento malo que una persona guarda contra alguien.

Es importante aclarar que es normal tener más afinidad con una persona que con otra, y eso no es pecado. Sin embargo, el resentimiento es un nivel más que eso. Es cuando la persona tiene malos sentimientos al pensar en alguien y en su corazón hay rabia, venganza, odio o deseo de maldad. Por esta razón, es algo negativo.

El peor resultado de todo eso es que su relación con Dios se bloquea. Y usted también queda mal personalmente, y puede, incluso, desquitarse con otras personas que no tienen nada que ver con quien lo lastimó.

Cabe destacar que cuando el Señor Jesús les enseñó a Sus discípulos a orar el Padrenuestro, dijo: «… perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores». En otras palabras, para orar el Padrenuestro, debo estar en la presencia de Dios con el historial de poder decir: «Señor, perdóname, porque también perdoné a los que me ofendieron y lastimaron». Si usted no puede decir esto, no puede orar el Padrenuestro bajo el riesgo de mentirle a Dios.

Por lo tanto, escuche este mensaje completo y aprenda cómo resolver sus problemas con las demás personas para que posteriormente pueda relacionarse con Dios.