No importa cuán mala, profunda, o antigua sea la raíz que está en su vida, ella puede ser arrancada. Heridas de la niñez. Malos recuerdos. Carácter difícil. Costumbres de la crianza. Pecados enraizados. Rancio de religión. Lo que sea. Todo puede ser arrancado y su vida puede recomenzar desde cero.

La única raíz que no puede ser arrancada es aquella que fue plantada por el propio Dios:

Toda planta que no plantó mi Padre celestial será desarraigada. Mateo 15:13

Obviamente, Él no planta espinas y tampoco abrojos. Él solo planta lo que es bueno. Ser plantado por el Padre significa ser generado por Él, ser transformado en otra persona. Aquél que es plantado por Él, es fijo e inalterable. Nada ni nadie puede abalarlo.

Por esto, vengan tempestades, truenos, relámpagos, huracanes, persecuciones, pedradas, criticas, envidias, baje el santo o suba el Lucifer. Buena suerte en su intento.