thumb do blog Renato Cardoso
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LA LIBERTAD QUE ESCALVIZA (SECRETO EN GÉNESIS)

No sea un pez fuera de su hábitat. Cambie el rumbo de su vida y descubra la verdadera libertad con Dios

«Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.» Génesis 1:11

Vea un secreto que está insertado en el libro de Génesis. Preste mucha atención porque, posiblemente, nunca se dio cuenta de esta verdad.

Cuando Dios creó todo lo que existe, pronunció la palabra. Y, por Su autoridad, se crearon los elementos. Por ejemplo: cuando creó los árboles, Dios habló con la tierra para producir las hierbas.

Cuando Dios creó a los peces, a los reptiles, habló con el agua:

«Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes…», Génesis 1:20.

Puede leer todo el relato de la creación en el primer capítulo.

Pero, cuando Dios creó al hombre, habló consigo mismo:

«Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra», Génesis 1:26

La tierra fue para crear los árboles, pero el hombre se originó del propio Dios.

Por lo tanto, al igual que el árbol que se saca de la tierra muere, cuando se quita al hombre de la presencia de Dios también muere, espiritualmente.

Este es un hecho que explica por qué hay tantas personas vacías, sin alegría y que deben recurrir a tantas cosas artificiales para tener algo de alegría.

Necesitan fiestas, disfraces, bebidas, drogas, lugares exóticos, amigos, música. Necesitan cosas artificiales externas para tener momentos de felicidad.

Es porque son «peces fuera del agua», criaturas lejos del Creador, fuera del verdadero hábitat.

Para el mundo, la vida con Dios es la prisión, privada de placeres. Pero eso no es verdad. Las personas que buscan placeres y libertades son esclavas de eso. La persona que usa drogas quiere probar una y otra vez (se vuelve esclava). Esa «libertad» la esclavizó.

Dios creó al hombre para dominar, no para ser esclavo. Está escrito en el versículo: «y señoree». Este es el deseo de Dios: que usted domine, que tenga el control.

Cuando Dios nos controla, es por nuestro bien, para que estemos abiertos a nosotros mismos. Es importante que usted sea consciente de eso, porque, en esa búsqueda por la felicidad, lo que encontrará es exactamente lo contrario.

No hay manera de encontrar felicidad, si la busca donde no está. Muchos morirán buscando esa felicidad y no la encontrarán (como vemos personas muriendo en los Carnavales).

Por lo tanto, si quiere encontrar la verdadera felicidad, debe buscarla. ¿Dónde está? En Dios. Ahora, es usted quien elige el camino: si se apegará a Dios o si estará fuera del hábitat.

Piense al respecto con el siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso