Se habla mucho sobre la «ley del retorno». ¿Esto es una creencia popular o tiene que ver con Dios? Hay personas que son escépticas a la «ley del retorno», pero esta «ley» no es un servicio a favor del deseo personal de venganza. Hay quienes que desean ser jueces y ejecutores de justicia, pero no es así como funciona.

Observe lo que está escrito: «Ciertamente el justo será recompensado en la Tierra, ¡Cuánto más el impío y el pecador!», Proverbios 11:31. ¿Es claro para usted? ¿Hay alguien que diga: «Pero yo no veo eso»? Sin embargo, ¿usted ve todo? No siempre vemos ese retorno. Por eso algunos no creen en esta «ley del retorno». Pero es algo real. La Palabra de Dios no falla. Dios es justo. Él les da a todos la oportunidad de arrepentirse. Si usted ve a un pecador tener larga vida, es porque Dios está prolongando la misericordia sobre esa persona. Incluso Judas recibió esa oportunidad.

Está garantizado que recogeremos aquí lo que hemos plantado. Por eso usted debe mirar hacia sí mismo. Y no se engañe con la falta de castigo. La justicia de Dios garantiza que habrá retorno. Cuando el impío ve la situación del mundo y ve que la justicia de Dios puede estar demorada, piensa: «Puedo hacer lo que quiera, porque escaparé». Pero el impío nunca pensará a mediano o largo plazo, sino en el aquí y ahora. Si debe robar, piensa: «Después veré lo que hago». A causa de esa visión miope, el impío es inconsecuente, es lo contrario de la persona que tiene inteligencia Divina, que nos hace pensar en un plazo tan largo como la «eternidad». El justo piensa en el Cielo y por eso hoy actúa pensando en la eternidad. Sabe que el alma durará para siempre.

Y, en la Tierra, mientras usted está vivo, tiene tiempo de arrepentirse, de reconciliarse con Dios. Él no lo eximirá. Sin embargo, si usted pasa a la eternidad sin haber resuelto el tema del alma con Dios, ya no tiene cómo pedir una extensión. La Biblia dice: «Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio». Si usted quiere pagar para verlo, el alma es suya.

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