¿Usted cree que las personas actualmente son más o menos incomprensibles? A pesar de haber medios de comunicación avanzados e instantáneos, nunca hubo tanta incomprensión entre las personas. El que pasa cinco minutos en internet puede confirmarlo.

Bien, en un mundo veloz, donde las personas corren de un lado a otro con ansiedad para hacer y tener todo rápidamente, ¿quién tiene tiempo de prestarle atención a algo o a alguien? Para comprender, usted necesita escuchar, interesarse, concentrarse y enfocarse. Y las personas no tienen más paciencia para escuchar a nadie. Sumado a eso, hay un egoísmo creciente, porque hoy vivimos en la generación más egocéntrica que la humanidad ya tuvo. La generación del «yo», de la selfie. Resumiendo, vidas apresuradas, déficit de atención y crecientes dosis de egoísmo.

Con la incomprensión, aumentan los divorcios, padres e hijos se distancian, entre otros problemas. Hoy en día, nadie tiene la valentía de decir lo que piensa por miedo a ser cancelado. Nosotros no podemos cambiar el mundo, solo podemos cambiarnos a nosotros mismos y cambiar donde podemos hacer algo, en la familia, en el trabajo. Esté atento a esta vida acelerada que el mundo quiere que usted tenga.

El Señor Jesús, en diferentes oportunidades, Se apartaba para estar solo, lejos del ruido, del ajetreo, para reflexionar y hablar con Dios. A veces tiene que apagar su celular y mirarle a los ojos a su esposa, a su marido, o incluso hablar consigo mismo. Ninguno de los que están acelerados logra tener un enfoque. Medite en la Palabra de Dios. Mientras más meditamos en Su Palabra, menos egoístas somos. Pero no espere que usted sea comprendido por todos. Vea el video y piense sobre este tema tan importante.