LA HUMILDAD EVITA LA HUMILLACIÓN
En este video, vas a entender por qué recurrir a Dios no es señal de debilidad, sino de sabiduría
Sabemos que el matrimonio comienza con alegría y esperanza, pero también vendrán desafíos y momentos difíciles. Es ahí, en el que es importante recordar: ustedes no están solos.
Cuando los problemas surjan, recuerde esa oración, de los votos que intercambiaron delante de Dios. Eso fue lo que hice cuando mi esposa me dijo que no quería seguir más — ya no me soportaba.
Recurrir a Dios es señal de sabiduría
En ese momento, fui al Altar y, con la Biblia en las manos, oré:
«Dios mío, si Tú estás conmigo y Tu Palabra es verdadera, ayúdame. Tú dijiste que odias el divorcio, entonces enséñame a lidiar con los problemas de mi matrimonio».
Esa decisión fue un acto de inteligencia espiritual. Es como llevar el auto a la concesionaria autorizada: ahí están las piezas originales y el arreglo justo. Así también debe ser con el matrimonio — llévalo con el Creador.
Dios da la dirección para restaurar el matrimonio
Cuando Le pedí una orientación a Dios, Él respondió, me mostró qué hacer, y hará lo mismo contigo. Pero es necesario la humildad para ser guiado. Evita el orgullo de decir: «Sé lo que estoy haciendo».
Recuerda: la humildad para aprender evita la humillación de perder el matrimonio.
Dios es la tercera persona del matrimonio
En lugar de discutir, llorar o desahogarte con familiares o amigos, habla con Dios. Él tiene el placer de intervenir, orientar y restaurar. Cuando no sepas qué hacer, no apuntes con el dedo. Ora.
El matrimonio pasa por etapas. Pero el que busca la dirección de Dios encuentra sabiduría, fuerza y restauración. Sean humildes para aprender y busquen juntos Su voluntad. De esta manera, ustedes no necesitarán pasar por el dolor del fracaso, pero podrán vivir la bendición de un matrimonio restaurado.
Mira el video hasta el final y reflexiona al respecto.
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